Es posible que a partir de 2010, los pescadores de la zona de Gijón tengan que asegurarse de que en sus redes sólo hay peces y no un robot. Investigadores de la Universidad británica de Essex, en colaboración con la empresa BMT Group han creado una réplica de carpa de 1,5 kg. Su misión es de carácter ecológico, detectar agentes contaminantes peligrosos en el agua. Parece que desde Paro, el robot-foca terapéutico, el empleo de animales cibernéticos ha crecido en popularidad.
Los cyborgs emplean sensores químicos. La razón de Rory Doyle, de BMT Group, para explicar porqué no se han fabricado unos dispositivos subacuáticos más convencionales es que, en definitiva, la naturaleza es sabia. Al parecer, el diseño basado en la actual anatomía de los peces, a la cual se ha llegado tras millones de años de evolución, permitirá un uso eficiente de la energía. Los responsables no los guiarán desde fuera, sino que serán autónomos. Por lo que la cuestión del rendimiento es capital. Cada ocho horas, acudirán a un punto de recarga. En el siguiente video podemos ver una de estas carpas robóticas…
http://www.youtube.com/watch?v=eO9oseiCTdk
Cada ejemplar cuesta más de 21.000 euros. Para que luego se quejen del precio de las angulas en el mercado. Claro que, si bien las segundas son un plato excelente, no vienen equipadas con WiFi para enviar datos a tierra. Los robots imitan el movimiento de sus hermanos naturales para no alterar la vida marina. El problema suponemos que llegará si alguna carpa auténtica trata de iniciar un cortejo.
En principio sólo se soltarán cinco peces en las costas asturianas. Si la iniciativa alcanzase el éxito que esperan sus artífices, su uso podría extenderse a otras áreas. Incluidas el resto de nuestras contaminadas costas. Una modalidad interesante sería que, además de detectar agentes perjudiciales para el entorno, tuvieran capacidad de neutralizarlos. Una pena que de momento no sea así.
Vía: rtve.es
