Ahora, para tener un perro guardián en casa, no hace falta ni el perro. Sólo hay que hacerse con un Electronic Watchdog, un invento formado por un detector de movimientos y un altavoz que emite ladridos. Se coloca el detector fuera, donde queramos que capte movimiento, y el altavoz junto a la puerta. Cuando el caco, el cartero o el curioso de turno pasa por delante de la puerta, por ejemplo, el altavoz emite los ladridos. Y los de fuera se creen que hay un perro dentro. También podemos configurarlo para que nos avise cuando lleguen nuestros invitados. Eso sí, en este caso con sonidos más agradables.
El modo perro guardián es el más personalizable y realista. Si lo seleccionamos, podremos elegir la frecuencia y la intensidad de los ladridos. Además, según se acerque más o menos quien esté al otro lado de la puerta, ladrará con más fuerza y con menos pausa entre cada ladrido. Y este «perro guardián» no se dormirá nunca ni se asustará en ningún caso. Aun así, emitirá un sonido muy realista, que variará la frecuencia, el tono, y la velocidad a la que ladra cada vez. De este modo, logrará persuadir al posible intruso para que intente cruzar al otro lado de la puerta.
En cuanto a los otros modos, tenemos el de lluvia tropical y el de carillón, que emiten sonidos más agradables. Estos dos últimos, están pensados para avisarnos cuando lleguen nuestros invitados u otro miembro de la familia. Pero esta vez, sin asustarles. El aparato en cuestión mide 130 x 150 x 185mm, y tiene un cable de 1,75 metros. Lo podemos comprar por 100 dólares, que con el cambio actual se reduce a 70 euros.
Foto de Leslie Duss / Vía: Coolest Gadgets