Los pronósticos de Minority Report cada vez son más acertados. En esta ocasión hablamos de las cámaras de videovigilancia que se han instalado en la ciudad de Portsmouth (Reino Unido). Las nuevas vigilantes tienen la facultad de alertar del crimen antes de que se produzca, al detectar automáticamente actitudes extrañas de los transeúntes que circulan por la ciudad. Este nuevo sistema se suma a los cuatro millones de cámaras que ya han colonizado las calles de varias ciudades inglesas, arrebatando a los ciudadanos lo poco que les quedaba de intimidad.
La nueva red de cámaras avisa ante cualquier movimiento sospechoso que se produzca en la calle. Esto quiere decir que si una persona da un paso dubitativo, desorientado o con demasiada lentitud, se genera un aviso que se analiza con lupa. De esta manera, lo que pretende la policía es prevenir antes que curar. Y adelantarse a cualquier crimen que pueda suceder en la ciudad.
Los que sí que han empezado a manifestar sus críticas son las asociaciones de ciudadanos. Estas se quejan de que las nuevas técnicas no resultan efectivas y que sería mucho mejor aumentar la vigilancia con agentes a pie de calle. Por su parte, las autoridades cuentan que el sistema está funcionando maravillosamente en Estados Unidos y que así se espera que ocurra en Inglaterra. En España ya hay quien ha sufrido las consecuencias del nuevo Gran Hermano global, en un instituto de Valencia en el que instalaron cámaras hasta en los baños de las chicas.
La vigilancia que viene no te dejará ni dudar a la hora de orientarte en una ciudad desconocida, ni tan siquiera caminar a un ritmo contemplativo. Quizás mientras te encuentres con un mapa entre las manos, disfrutando de tu fin de semana libre, tengas que danzar al son del famoso «manos arriba». La presunción de inocencia y la intimidad no son valores en alza.
Vía: 20 minutos