Por su aspecto se diría que es una sauna individual o la cabina telefónica de un hotel. Pero no. Este extraño cubículo es una mini-sala privada para los muy aficionados a escuchar música. Se llama Yamaha My Room II y está completamente insonorizada, para que ningún ruido exterior (llamadas al móvil, voces de los vecinos, la tele o el camión de la basura pasando a las once de la noche) interrumpa el estado de misticismo al que muchos llegan mientras oyen sus canciones favoritas. Un invento completamente asocial que sólo se vende, de momento, en Japón.
¡Y a qué precio! Este cubículo de Yamaha oscila entre los 5.000 y los 12.000 euros. Muy caro de partida y más todavía a medida que lo personalizamos. Pueden elegirse distintos acabados para su exterior de madera, y cuenta con versiones en distintos tamaños y prestaciones. Y es que no sólo sirve para escuchar música en privado, sino que los modelos más grandes cuentan con una pantalla interior para ver películas (con sonido envolvente, por supuesto).
La versión básica mide aproximadamente 1,4 metros de ancho por 1,8 metros de altura, por lo que los más altos no podrán estar completamente erguidos en su interior, ocupado por un tatami de 1,5 metros cuadrados. Un poco justo, la verdad. Uno de esos inventos que sólo pueden venderse en Japón, donde Yamaha ya lanzó una primera versión de este My Room en 2004.
Vía: Cscout