Hemos visto ataúdes de lo más friki, con diseños sorprendentes que atraerían incluso a amantes de la cerveza. Y están muy bien, pero ninguno se mueve. Éso es precísamente lo que distingue a este Ataúd-minikart. Uno de esos pequeños coches de carreras que usa un ataúd de carrocería. O un ataúd modificado con componentes de un minikart, según se mire.
Lleva un volante, pedales y un pequeño motor a gasolina. Su creador, un húngaro aficionado al mundillo de los minikarts, ha empleado un ataúd de doble tapa giratoria (con goznes, como los de una puerta). Así, sólo habría que abrir la puerta trasera para sacar la cabeza mientras conducimos y poder ver lo que tenemos delante.
Un curioso diseño casero para sacarlo a pasear en sitios pequeños y controlados, como el jardín de casa o algún descampado en el que no interrumpamos el tráfico. Y es que así, sin espejos retrovisores ni faros ni otros puntos de equipamiento básicos en todo coche, nos da que la última multa que nos pondrían sería la de hablar por el móvil al volante.
Vía: CoolBuzz