Hay una cosa que nos ha llamado mucho la atención de la revista Interviú de la semana pasada. Y no es la chica de portada. Es el reportaje que habla de Ana Obregón. Pero no por los cotilleos habituales que rodean a la celebérrima bióloga marina, sino por una de las imágenes que ilustra el artículo. Eso que veis a la izquierda no es la factura de un restaurante escrita a mano. No. Es el sumario de un juicio.
Parece increíble que a estas alturas la justicia maneje así la información. Ya puestos a seguir la moda clásica y campechana del rotulador de punta gorda, podrían haber optado por uno de color rojo para la palabra SECRETO. O haber usado un marcador fluorescente para destacar la fecha y el número de tomo. Aunque esto último quizas sea pedir demasiado en lo que a innovación tecnológica se refiere.