Apple siempre ha tenido más fans que usuarios. Algo que crece en una época como ésta en la que sube la fiebre del iPod y el iPhone. Y sino a ver por qué hay quien personaliza su buzón de esta forma o, lo que es peor, quien ilustra de por vida, su cuerpo serrano con la famosa manzana. Pero no siempre llueve al gusto de todos. El caso es que en el año 2006 algunos compradores de equipos Apple presentaron una demanda ante un juez de California porque la empresa había comercializado unos adaptadores de energía defectuosos con los equipos iBook y PowerBook. Y que corrían el peligro de explotar y prender fuego. En esos momentos, Apple tuvo que retirar casi 600.000 adaptadores del mercado, alertando del peligro que suponía utilizarlos.
Seguidamente, optaron por reemplazar todos aquellos adaptadores que se habían vendido y que ya estaban en manos de sus compradores. Lo extraño fue que Apple no se hubiera dado cuenta antes de lo que estaba pasando y esperara a que los adaptadores explotaran en las narices de los usuarios de Mac, que acusan a la empresa de venderlos aun conociendo el problema.
Nunca lo sabremos. Ahora, después de que el juez otorgara la razón a los demandantes, Apple ha accedido a pagar entre 25 y 79 dólares a los afectados, aunque no se conocerá el modus operandi hasta el 8 de septiembre, cuando probablemente la compañía haga un comunicado dando las explicaciones oportunas. La broma les ha costado cara: Apple tendrá que gastarse más de 2,3 millones en el reembolso. Como para tener más cuidado la próxima vez.
Fotos de Dynad y
Vía: Crunchgear
