Michael Aeberhard, Shane Connelly, Evan Tarr y Nardis Walker son cuatro estudiantes de la universidad americana Georgia Tech que, ni cortos ni perezosos, decidieron presentar un proyecto de carrera que consistía en automatizar una mesa de futbolín. Toda una revolución del ocio del bar para que ningún humano se quede sin echar una partida. Hasta solo, si hace falta.
El complejísimo proyecto, que podemos ver ampliamente documentado en su correspondiente página, consiste en una webcam que controla la posición de la pelota y el jugador en la mesa. Así, es capaz de reaccionar y poner en funcionamiento los servomotores que mueven las barras de los jugadores de la máquina. Esta peculiar mesa robotizada ofrece hasta tres tipos de movimiento: avance, retroceso y giro.
¿Quién ganará la partida de futbolín, el humano o la máquina? Comprobémoslo en el siguiente vídeo…
¿Impresionante, verdad? Los alumnos presumen de haber sustituido requisitos económicos por ingenio, de tal forma que tan sólo han necesitado 500 dólares (unos 320 euros) en material para desarrollar la mesa de futbolín «inteligente». Eso sí, para realizar el control automatizado de la posición de la pelota y el jugador emplearon un viejo PC. Comentaban que con más presupuesto podrían haber desarrollado un prototipo más habil. Y es que no podemos negar que el suyo es algo lento y sólo podría ser rival para un «futbolinista» novato.
Parece ser que el hombre moderno tiene serias tendencias autistas. Ya dejó de jugar con su perro, encomendándole la tarea a otro autómata y ahora en vez de pasarlo bien con los amigos tomando unas cañas, prefiere jugar solo al futbolín. ¡Qué podíamos esperar de una generación que se crió con el Solitario de Windows!
Lo que hay que ver, ahora sólo falta que inventen la moneda de una sola cara 🙂
Bueno, seguro que a más de uno le alegra la tarde si le dejan plantado.
Os recuerdo que el futbolín es un invento gallego 😉