Polaroid ya tiene lista su impresora de bolsillo. Su nombre completo es Digital Instant Mobile Photo Printer, y se espera que con suerte llegue a nuestro país durante el mes de mayo (podría retrasarse hasta junio). La clave de su funcionamiento está en las posibilidades de la tecnología de impresión sin tinta ZINK.
¿En qué consiste dicho sistema de impresión? Se basa en el uso del ZINK Paper, un papel especial compuesto que lleva incrustados cristales tintados en amarillo, magenta y cyan. A nuestros ojos parecen simples papeles de color blanco, pero cuando son activados mediante impulsos de calor pueden reproducir las imágenes a todo color de forma fidedigna.
Gracias a ZINK, la compañía puede lanzar ahora este artilugio para imprimir nuestras fotos en cualquier momento. Tarda 60 segundos en hacer una copia de pequeñas dimensiones (5 x 7 centímetros) de una instantánea que hayamos tomado justo antes. Como no usa tinta, no hay que esperar a que la foto se seque. Además, las imágenes son impermeables. Se estima que el coste de cada copia rondará los 30 ó 35 céntimos.
Las fotos se pueden transferir a la impresora por conexión USB o a través de Bluetooth. No es posible, de momento, imprimir los archivos almacenados en un pendrive, ni tampoco tiene soporte para tarjetas de memoria. En el futuro, este artilugio se podría integrar directamente en alguna cámara o teléfono móvil, pero hoy no hay ningún proyecto en este sentido.
De esta forma, Polaroid trata de encontrar una alternativa viable para adaptar su filosofía a los nuevos tiempos. Durante años, las cámaras de la compañía se hicieron populares porque podían imprimir instantáneamente las fotos. Pero en la era digital ya es posible ver las fotos sin imprimirlas, lo que ha provocado la desaparición de sus cámaras tradicionales. Ahora probarán fortuna con esta impresora portátil, cuyo precio de salida será de 120 euros.
Desde aquí vemos claramente varios inconvenientes al invento: el primero es que la impresión en papel ha dejado de ser una una necesidad imprescindible para el aficionado (ahora hay muchas más alternativas para disfrutar con las fotos). Segundo, que las copias de esta Polaroid son realmente pequeñas (el estándar mínimo en papel era 10 x 15 cm, mientras que esta impresora copia a 5 x 7 cm. El tercero que el precio de cada copia tampoco es para tirar cohetes. Las impresoras de inyección de tinta de las firmas de siempre consiguen más o menos el mismo coste por copia imprimiendo fotos más grandes. En definitiva, demasiados escollos a salvar para que Polaroid consiga su objetivo de revalidar el interés por su invento en los tiempos que corren.
Vía: Gizmotika
Pienso que tiene decenas de aplicaciones que van más allá del aficionado. Es cierto, es pequeño, pero lo puedo ver desde ya incorporado al flujo de trabajo de aseguradoras, agencias de seguridad, controles de tránsito y otro sin fin de usos no aficionados. Y claro, lo que pagas aquí es el tamaño y lo versátil, además de que no tienes que gastar en tinta Y papel, acá solamente es papel…