En Estados Unidos las autoridades han tomado dos serias medidas contra autores de spam, los llamados «correos basura» que tienen como fin estafar económicamente a quien los recibe. Por un lado, la empresa ValueClick ha sido multada con 1,8 millones de euros. Mientras, al joven Robert Soloway, considerado uno de los reyes del spam, le ha caído una pena de 26 años de cárcel.
El caso de ValueClick fue denunciado por la Comisión Federal de Comercio (FTC). Al parecer, esta compañía de marketing online enviaba correos electrónicos que prometían «regalos gratis». Los receptores de estos mensajes, tras acceder a páginas web de esta empresa, descubrían que estos regalos tenían una costosa condición: suscribirse a servicios de televisión por satélite o pedir créditos bancarios.
ValueClick no acepta esta acusación de la FTC, y también niega haberse saltado las leyes de protección de los datos confidenciales de sus clientes. Pero para ahorrarse un largo proceso judicial, llegó a un acuerdo con la FTC para cerrar el caso, previo pago de 2,9 millones de dólares (aproximadamente 1,8 millones de euros).
Los 26 años de cárcel que le han caído a Robert Soloway, curiosamente de 26 años de edad, son el resultado de toda una carrera como «spammer». Considerado el octavo mayor emisor de correos basura de todo el mundo, se ha visto involucrado desde 2005 en varios juicios millonarios, como el que le condenó a pagar 7,8 millones de dólares a Microsoft por enviar spam a través de Hotmail y MSN.
Hasta ahora había consguido librarse de las multas declarándose en bancarrota, pero en 2007 volvió a sentarse en los tribunales, acusado de 40 cargos distintos por estafa. Ante la que se le venía encima, Soloway ha decidido llegar a un acuerdo por el cual acepta tres de los cargos a cambio de que se retirasen todos los demás.
De esta forma, su condena se ha quedado en «sólo» 26 años de cárcel y una multa de 400.000 euros. Los tres delitos que ha admitido: fraude postal, fraude electrónico y evasión de impuestos (olvidó incluir unos 300.000 dólares conseguidos gracias al spam en su declaración de la renta de 2005). Ahora queda por ver qué suerte correrá Alan Ralsky, otro de los grandes estafadores de Internet.
Vía: elmundo