Una pareja se engaña a sí­ misma a través de Internet 3Bojan y Dzana compartí­an casa en la ciudad bosnia de Zenica. Estaban casados, pero se llevaban a rabiar. Uno de tantos matrimonios difí­ciles y conflictivos. Sus constantes discusiones les llevaron a buscar en la Red una alternativa, una persona distinta con la que empezar una nueva vida. Cada uno por su lado, se metieron de lleno en el mundo de los chats y encontraron su media naranja en el ciberespacio.

Dzana conoció a un hombre sensible y cariñoso que la comprendí­a. «Prí­ncipe de la Satisfacción», le llamaba cariñosamente a través del teclado. Bojan dio con una chica tan dulce que no podí­a evitar referirse a ella como «Azúcar» en cada e-mail, en cada conversación. Ambos decidieron encontrarse con sus respectivos «ligues virtuales».

Ella llegó puntual a la cita con su prí­ncipe, que resultó ser el rey de sus penurias. Él llegó un poco más tarde para descubrir que su deseado terroncito era más amargo de lo que esperaba. Bojan y Dzana yací­an cara a cara sin saber muy bien qué decirse.


Una pareja se engaña a sí­ misma a través de Internet 3Casados y amantes (bueno, «ciberamantes») al mismo tiempo. Como no podí­a ser de otra forma, decidieron divorciarse. El motivo: infidelidad. Mutua y autorecí­proca.

La noticia fue recogida por el semanario serbio Zabavnik. Lo que la tecnologí­a ha unido, que lo separen el hombre y la mujer de mutuo acuerdo. Aunque Dios también esté de por medio.

PD: Los nombres de la pareja no son reales, son nombres tí­picos de Bosnia Herzegovina elegidos al azar. El encuentro entre ambos es una recreación figurada. Pero la noticia es tan real como la vida misma.

Ví­a: ABC

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