En esta época en la que, quien más y quien menos, todos sufrimos las consecuencias de la masificación en autopistas, aeropuertos y estaciones, cada vez recibimos con más entusiasmo ideas como la del prototipo de platillo volante de Paul Moller. Imbuidos por el deseo de no tener que desplazarnos sobre cuatro arcaicas y contaminantes ruedas, nos enteramos de que la NASA ha organizado el Primer Desafío Anual de Vehículos Personales Aéreos (PAV’s para los amigos).
Un concurso anual organizado a medias con la CAFE Foundation, entidad que acoge y estudia proyectos de aviación eficientes e innovadores. Esta iniciativa busca la creación de un vehículo personal, ligero y económico que permita el transporte de personas para trayectos intermedios (entre 100 y 1.000 Km aproximadamente). El ingenio debe permitir su aterrizaje y despegue en espacios reducidos, tener un bajo consumo y manejo similar al de un coche de toda la vida.
La idea es que, para el 2020, exista toda una red de pequeños aeródromos en los barrios residenciales, desde los cuales puedan despegar y aterrizar los PAV. Uno se iría al aeródromo de su barrio, como quien va a coger el metro, introduciría en el piloto automático la dirección del aeródromo más cercano a su destino y el PAV le transportaría al lugar seleccionado a la velocidad de un Fórmula 1 (entre 250 y 350 Km/h).
Según los organizadores del concurso, con este sistema viajaríamos de forma confortable, segura, ecológica y rentable. Y, de paso, evitaríamos los atascos, que en EE.UU. suponen un desperdicio anual de 78.000 millones de dólares en combustibles. Entre el 4 y el 12 de Agosto, varias organizaciones y equipos de todo el mundo se han disputado el jugoso premio dotado de 250.000 dólares, repartido entre cinco categorías: facilidad de uso, seguridad, diseño, capacidad para despegar en un espacio reducido y eficiencia energética.
Sin embargo, en el vídeo de debajo podemos ver la prueba de uno de los prototipos. Sentimos mucho decirlo, pero no encontramos gran diferencia entre un “PAV” y una avioneta de toda la vida de Dios.
No es por ser escépticos. A nosotros nos parece una iniciativa fenomenal y estamos deseando que llegue el día en que publiquemos el post “Hemos Probado – Un coche volador”. Por desgracia, mucho nos tememos que, en esta redacción, aun tendremos que probar montones de tataranietos del Windows Vista antes de que ese día llegue. Mientras tanto, nos quedamos con el platillo volante.
Vía: elpais
quiero ver su culo