Aunque en inglés quiera decir «lámpara altavoz», la Lightspeaker Lamp de la firma LYX no reúne las funciones de ambos aparatos (como pasaba con los Real Gear Transformers). Simplemente, es una lámpara con forma de altavoz.
Un diseño que juega al engaño por partida doble: los dos altavoces son en realidad bombillas rodeadas de espejos circulares, y el falso control de volumen sirve para regular la intensidad de la luz.
Esta lámpara ha sido diseñada por el fundador de LYX, Michael Malmborg, y forma parte de la colección de «lujo escandinavo» de esta firma sueca.
La falsa caja acústica, fabricada con aluminio blanco, mide 38 centímetros de altura y 24 de anchura y profundidad, y descansa sobre una barra de acero inoxidable apoyada en una base cuadrada de 30 centímetros de lado. En total, el conjunto mide 1,7 metros de altura.
Un cacharro hecho a mano que no puede comprar cualquiera. El fabricante sigue tan a rajatabla su filosofía de fabricar cosas «de gran calidad y no en grandes cantidades», que ni siquiera publica el precio de la lámpara. Sólo dejan direcciones de e-mail y un formulario para que los interesados lo pregunten.
Un modelo que entraría perfectamente en nuestro ranking de las lámparas más frikis. Puede que no se sienta a gusto en esa clasificación, ya que hay modelos con muchas menos pretensiones. Pero también hay otros, como algunos de la tercera entrega, cuyas características e información también están llenas de luces y sombras. Y eso que son lámparas.
Vía: Nopuedocreer