El porno en Internet ya no es lo que era 4

Como ya os contamos, cada segundo se producen de media 372 búsquedas de porno en Internet. Es decir, 372 personas entran en algún buscador (Google, Yahoo…), escriben una palabra o frase relacionada con contenidos para adultos y luego pulsan Intro. Sin embargo, según un estudio de mercado de Hitwise, las páginas pornográficas están empezando a perder visitas. En detrimento, precisamente, de los buscadores que tanto se usan para buscar pornografí­a. Parece la pescadilla que se muerde la cola.

Claro que estamos hablando de porcentajes, no de cifras totales. Como apuntan en elmundo, cada vez hay más internautas. Por ello, es posible que aumente el número de El porno en Internet ya no es lo que era 4visitas a sitios pornográficos, pero que en el total este número represente un menor porcentaje de lo que nos tení­a acostumbrados. El dato, según The Economist, es que en el pasado mes de Octubre en Gran Bretaña se produjeron más visitas a buscadores que a sitios pornográficos. Y es la primera vez en la Historia que esto pasa.

En Estados Unidos aún no se ha llegado a este punto, pero se van acercando: el pasado mes de Febrero algo más del 11% de las visitas fueron a sitios pornográficos; mientras que los buscadores recibieron casi el 8%. Escasa diferencia. Pero es que al otro lado del Atlántico las «páginas para adultos» tienen otro rival más potente: las comunidades virtuales, con más del 10% de las visitas (según la gráfica de la derecha).

Las comunidades virtuales son, como su propio nombre indica, grupos de personas que se relacionan en un espacio no fí­sico (vamos, en Internet). A través de un juego on line, chats, foros y blogs de determinada temática (deporte, aficiones, gustos artí­sticos) o incluso páginas de compraventa, como ebay. Cualquier excusa es buena para crear o formar parte de una comunidad virtual.

El porno en Internet ya no es lo que era 4Algunos teóricos de la comunicación señalan a estas comunidades como el futuro de Internet y de las relaciones sociales. Sin llegar tan lejos, la reflexión de Sergio Rodrí­guez en su artí­culo de elmundo nos parece de lo más acertada: si uno quiere ver porno, no lo busca en una página, para algo está el emule (o cualquiera de las redes peer to peer).

Pero con las comunidades virtuales, buscamos el contacto directo (aunque sea virtual) con otras personas. Un contacto que, en ocasiones, tiene una motivación sexual. No hay más que echar un vistazo al tráfico que se produce en determinados chats y a las cosas que en ellos se dicen. Un pequeño paso adelante: en lugar de encerrarnos en el cuarto con los auriculares puestos, las persianas bajadas y la puerta cerrada con llave, esta vez ya nos atrevemos a pedirle una cita a otra persona.

Ví­a: elmundo / Economist

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