Esta semana vemos muchas velas en la calle. En las iglesias, en los pasos y carruajes de las procesiones y en las manos de los nazarenos. Hay que tener cuidado para no quemarse con la cera ardiente. Eso o comprarse alguno de estos modelos de velas eléctricas.
Hay velas con ingeniería alemana, como la Wunderkerze (“bengala” en alemán), con su pedazo de interruptor de apagado y encendido en el medio. Este pequeño cirio teutón cuesta unos 12,5 euros la unidad.
Estas otras velas de Philips son más para andar por casa. Las bombillas imitan el efecto de movimiento de la llama natural, y se recarga sin cables, depositando la vela en su base circular. Su autonomía es de 24 horas. No tienen interruptor, pero se encienden y apagan poniéndolas boca abajo un instante. Un juego de 3 de estas velas Led CandleLight sale por 35 euros.
¿Y los japoneses, qué tienen que decir al respecto? Pues que mejor algo más pequeño y transportable, como las Hono 24020. Se encienden al frotarlas con una cerilla de pega a juego, y se apagan soplando, como las velas normales.
Son caras, ya que cada una cuesta 9.975 yenes (más de 60 euros). Vienen con su cerilla y una base para que se mantenga de pie. Una tarta de cumpleaños con este tipo de velas podría salirte por un buen pico.
UN BUEN INVENTO, SE PUEDE EVITAR ACCIDENTES