En mi último viaje a Nueva York comprobé que el síndrome de la clase turista existe, pero hay algo mucho más fuerte: el síndrome de la clase Business (Fitnes para los amigos). El hecho es que si viajas a Nueva York en turista, la cosa te puede salir por 300 euros (más o menos), pero el dolor de piernas, de cuerpo y el malestar intenso de los primeros días no te lo quita ni el doctor House.
El Business es otra cosa. Viajando con Iberia te ponen en un asiento digno de la reina de Saba. Eso sí con todos los adelantos del siglo XXI. Es decir: pantalla personal con juegos, varios canales de TV y música, con películas muy recientes a la carta”¦ Incluso tiene un teléfono carísimo que te descarga la VISA en cuanto te contesta tu colega el que vive en el Bronx. El asiento también se acompaña de un enchufe de corriente personal por si quieres cargar el móvil, conectar el ordenador portátil o hacerte un batido con la termomix.
Además, ¿cómo no? En el paquete te entregan el equipo completo de la “Señorita Pepis” con: manta, auriculares, antifaz, calcetines y kit de aseo (con líquidos no explosivos incluidos).
Pero lo más espectacular de todo es el asiento. Ancho y con un espacio para los pies suficiente para meter un equipo de fútbol sala. Lo más impresionante es que se trata de un asiento motorizado. Te sientas, empiezas a manejar el motor y, en ese momento, se empiezana estirar y subir los pies y bajar la cabeza hasta que te quedas ¡¡¡¡¡COMPLETAMENTE TUMBADO!!!!! Si no lo ves no lo puedes creer. Si el de al lado no ronca, te puedes pasar el viaje durmiendo. ¡¡¡¡INCREíBLE!!!!!, ¡¡¡¡IMPRESIONANTE!!!!!
Eso sí. El precio también es de aúpa. ¡¡¡¡MíS DE 3.000 EUROS!!!!! Y la comida que te ponen, aunque esté firmada por el Arola es más mala que la quina. Más vale que te lleves un par de bocadillos si eres de buen comer. Por otra parte (siempre encontramos algunas cosas malas), si te rompen la maleta y llevas una de esas que son blandas (como las que le gustan a los americanos), estás apañado.
Sólo te hacen caso si llevas una Samsonite dura y de las que valen un montón de pasta. Si es que ya no se respetan las clases ni cuando se rompe la maleta.
Por cierto, en la foto vemos a la compañera Cristina Muñoz de la revista PC PLUS. Excelente compañera y gran profesional que tuvo la mala suerte de llevar una maleta blanda y los chicos de Iberia no han tenido la decencia de arreglársela. (Desde aquí denuncio el hecho. Un caso más de abuso de poder por parte de Iberia) Si es que ya no respetan ni a los que viajan en Business.
La verdad es que los viajes transoceanicos tienen que ser mucho mas comodos asi… aunque siempre tienes la opcion que elegi yo al volver del viaje de fin de estudios… no dormir en las ultimas 48 h. Llegue al asiento del avion (en el cual casi ni entraba (mido 188cm)) y me dormi antes de despegar (veridico). Me desperto mi compañero para comer, y me volvi a dormir antes de que me quitasen la bandeja de la comida…
un saludo
Yo solamente he viajado en Business una sola vez y fue por un "enchufe" de una amiga azafata.
La verdad, no tiene nada que ver con la clase turista. Y eso que yo hice un trayecto cortito hasta London Heathrow, pero se desviven porque estés lo más cómodo posible, te sirven varias veces y te dan todo tipo de comodidades.
Para vuestra compañera Cristina, le tocará hacer lo que a todo 'hijo de vecino'… Hoja de reclamaciones y Consumo. Lo siento por ella.
Un saludo.
Sinceramente, en los viajes por Europa, creo que no hay gran diferencia entre turista y Business… Eso sí. en viajes de más de seis horas con cambio de horario, la diferencia es realmente enorme. Sobre todo porque, si eres un poco grande, con lo ridículos que son los espacios en turista, llegas a tu destino descolocado, sin dormir y como si te hubieran agitado en una coctelera