Hace poco veíamos la iniciativa de algunas estaciones y aeropuertos de instalar pequeñas taquillas cerradas que permitían recargar el móvil mientras sus dueños se dedicaban a otras cosas.
En el aeropuerto de Shanghai se puede ver y utilizar una variación sobre el mismo tema. Un poco más rudimentaria, pero muy útil si realmente se necesita.
Se trata de cargadores de cinco minutos, sin taquilla, sin seguridad, en definitiva, que tienes que estar de cuerpo presente mientras tu móvil recobra un poco de aliento para realizar esa llamada de última hora. Además, hay que estar sujetándolo ya que el dispositivo no tiene ningún saliente para dejarlo tranquilamente en modo «manos libres».
El sistema es sencillo. Introduces 1 yuan (algo así como 10 céntimos de euro) en la ranura. Miras cual es el conector que se adapta a tu modelo de móvil, lo seleccionas en un panel, lo enchufas y a recargar los cinco minutos que te da electricidad la máquina.
Basta con meter otro yuan más para que la máquina siga cargándote el teléfono otro ratito más.
Si no coincide el modelo de tu teléfono con el de la persona que está usando esta máquina, puedes usar otro conector al mismo tiempo. Además, hay varios enchufes iguales para los modelos más populares.
Junto a los típicos cargadores para Nokia, Motorola o Samsung, hay enchufes para varias marcas que yo no sabía ni que existían, aunque seguramente serían copias de modelos occidentales, ya que en las fotos se parecían «sospechosamente».
Eso sí, el 90% de los modelos son de concha, que por estos barrios son lo que más gustan.
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