Vivimos en la era Internet. Cuando los oportunistas han salido de la Red y los banqueros han decidido que ya no es un negocio. Internet está creciendo y transformando la sociedad. Y, precisamente, es ahora, cuando me empieza a seducir de verdad. Y no sólo me seduce porque está democratizando el mundo del entretenimiento. También, porque ofrece oportunidades de negocio a firmas creativas como Apple. Firmas que piensan que, para vender música, hay que tener tanta imaginación como los artistas.

Y ¿porqué no? También porque ofrece oportunidades únicas a algunos artistas originales (como el Koala o Carlitos, el del baile de la ducha). Unos tipos que quieren contar y llegar a la gente con sus propias alucinaciones. Unos tipos que, sin Internet, no podrí­an contarlas de esta forma. Por cierto. El que no haya visto todaví­a “El baile de la ducha”, le recomiendo que lo mire en este enlace. Resulta tan grotesco y adictivo como desternillante. Y es que, justo cuando Internet no está de moda, las canciones del verano salen de Internet y las compañí­as de discos siguen mirándose el ombligo, denunciando que sus antiguos clientes son muy malos porque piratean y que se deberí­a prohibir el ADSL.

Todo está cambiando. La misma radio se mueve. En la Red hay miles de emisoras disponibles. Incluso las convencionales se escuchan por Internet. Los oyentes entramos para escuchar los programas o para bajarlos al equipo MP3 de bolsillo. Y dentro de poco, esta radio a la carta, podrí­a tener tanta o más importancia que la de los oyentes convencionales que sintonizan el viejo transistor. La tecnologí­a nos cambia. Los más avanzados tecnológicamente tienen acceso a Internet sin cables en casa. Y algunos de estos, ya usan una radio que funciona por Wi Fi y permite sintonizar miles de emisoras. Hace poco he visto un radio-despertador de esos que se ponen en la mesilla que hace todo esto. Se llama Radio Wi Fi Internet, es de la firma Acoustic Energy y cuesta 300 euros. Increí­ble para nuestros abuelos, para nuestros padres y para nosotros mismos.

Y si hablamos de gadgets de bolsillo, hace tiempo que se vislumbra la tendencia: el móvil se está haciendo poco a poco con todas las funciones multimedia. Los últimos teléfonos sirven para capturar ví­deo, hacer fotos digitales o establecer videollamadas. También los usamos para entretenernos con videojuegos. Unos juegos que empezaron muy sencillos, pero que, en los modelos más recientes llegan a ser tan sofisticados como los que se venden para las consolas de bolsillo. La función de música portátil o reproductor de video también se incorpora en muchos terminales. Incluso suelen llevar una tarjeta de memoria para almacenar los archivos multimedia.

Es verdad que, hasta ahora, los móviles “todo en uno” incorporaban muchas funciones pero con una calidad mediocre. Pero, esto empieza a cambiar. Los ingenieros de Nokia, han “cambiado el chip” para proponer una nueva categorí­a de equipos de bolsillo. Con su serie N o “Multimedia Computers”, ofrecen unos dispositivos que graban video con la calidad de una cámara DVD (30 frames por segundo en MPEG4) o que hacen fotos con la resolución de una máquina de fotos digital de nivel medio-alto (óptica Carl Zeiss y capturadora de 3,2 Megapí­xeles). En concreto, estas son sólo algunas funciones, por ejemplo, del nuevo modelo Nokia N93. Un equipo multimedia que, además, permite llamar por teléfono. Pero que, por otra parte también es capaz de funcionar como una cámara, como un lector, como un grabador y como un ordenador. De hecho, tiene Wi-Fi, navegador de Internet, programa de correo electrónico y lector de archivos de ofimática.

[Publicado en la revista On Off]

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