samsung pay

Samsung Pay, el sistema de pago por móvil de la compañí­a surcoreana, va a tardar un poco más de lo esperado. El pasado mes de marzo, la empresa anunciaba el servicio con motivo de la celebración del Mobile World Congress 2015. Por aquel entonces, la fecha de lanzamiento se fijaba para el verano. Los analistas esperaban su estreno este mes de julio. Ahora parece que no va a ser hasta septiembre cuando Samsung Pay empiece su andadura. Primero lo hará, según lo previsto, en Corea del Sur y Estados Unidos. Posteriormente el objetivo es extender el servicio a otros mercados, especialmente Europa y China. Los motivos detrás de este retraso parecen ser de í­ndole técnica, según informa Businesskorea.

Samsung quiere asegurarse de que todo va a funcionar perfectamente cuando inaugure su servicio de pago por móvil. Por eso, la compañí­a todaví­a sigue realizando pruebas técnicas en Corea del Sur con ocho emisores de tarjetas locales. La meta es minimizar la tasa de errores. Samsung Pay funciona con tres tecnologí­as para realizar los pagos con el móvil. La primera es NFC (Near Field Communication), igual que Apple Pay. La segunda trabaja transmitiendo los campos magnéticos de la banda magnética de las tarjetas de crédito; se llama MST (Magnetic Secure Transmission). Por último, admite el pago mediante códigos de barras.

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Samsung pretende conquistar una mayor cuota de mercado con esta mayor compatibilidad de sistemas. La transmisión magnética segura (MST) permite que el smartphone se pueda usar con las terminales de tarjeta de crédito convencionales, mayoritarias en los puntos de venta. En lugar de tener que pasar la tarjeta de crédito fí­sica por el lector, basta con mover el smartphone a su lado, porque el móvil crea los mismos campos magnéticos. Eso sí­, como seguridad el usuario debe haber autorizado antes la operación colocando su dedo en el sensor de huella dactilar del smartphone. En realidad, Samsung Pay requiere que el usuario cree una réplica de su tarjeta de crédito en el smartphone, que aparece representada de forma gráfica en la pantalla del móvil.

Cuando el usuario quiere pagar la cuenta del restaurante, por ejemplo, toca la representación virtual de la tarjeta en la pantalla del smartphone. Después, se autentifica con su huella dactilar (sin firmar ni introducir un PIN). A continuación, el usuario debe acercar el móvil a la terminal de tarjeta de crédito del establecimiento para que el móvil genere el campo magnético asociado a la tarjeta de plástico sólo para esa operación. Después tendrá un recibo en papel de la operación, aparte de la confirmación del pago realizado en el móvil. Eso tiene la ventaja de que el punto de venta no necesita tener un adaptador NFC instalado.

Precisamente las dificultades técnicas parecen estar relacionadas con las terminales en los puntos de venta, algunas con más de una década de antigí¼edad, que no reconocen el campo magnético generado por Samsung Pay.

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