telegramas

Nosotros creí­amos que los telegramas y los burofaxes eran cosa del pasado. Pero está visto que no. No, por lo menos, para la Comunidad de Madrid que acaba de presupuestar el gasto en este tipo de comunicaciones nada más y nada menos que en 14 millones de euros, magna cifra que servirí­a para hacer algún que otro apaño a la maltrecha – según los gobernantes de esta comunidad – Sanidad Pública madrileña. Sí­, mientras Ignacio González cruje a disgustos y a impuestos (también con el euro por receta o repago sanitario) a los contribuyentes madrileños, el Boletí­n Oficial del Estado (BOE) asiste impávido a la publicación de una licitación y adjudicación pública de dos lotes para la formalización del contrato que regula la prestación de servicios telegráficos y de burofax, adjudicados – por supuesto – a Correos por un importe final exacto de 14.237.008 millones de euros. Con esta cifra, no nos cabe la menor duda, que la Comunidad de Madrid tiene para comunicarse telegráficamente con medio mundo y quién sabe con quién más. El problema está, lógicamente y como suele ocurrir, en el desfase absoluto de las previsiones de gasto.

comunidad madrid

La España que ha invertido en aeropuertos sin aviones, rotondas con esculturas horrendas y ladrillo a punta pala parece que no aprende. Qué va. El despilfarro que todaví­a sigue imperando en la administración pública es de auténtica vergí¼enza. Y sino fijaros en lo que reza la documentación oficial. En ella se indica que el importe o el canon de la adjudicación cuenta con el mejor descuento sobre los precios unitarios. Dice, ojo al dato, que no se ha podido determinar un descuento más concreto porque no se conoce el consumo exacto que va a realizarse. Todo hace pensar, pues, que la adjudicación está hecha al tuntún, sin tener en cuenta qué consumo hace la administración de este tipo de comunicaciones. Es posible que algunos funcionarios o altos cargos se pongan en contacto con otras personas o administraciones a través de telegramas o burofaxes, pero… ¿no serí­a más sencillo – y sobre todo, barato – enviar un simple mensaje de correo electrónico?

Pero esta no es la primera administración que despilfarra de manera insultante el dinero de los ciudadanos. Hace apenas unas semanas, conocí­amos la noticia de que el Congreso y el Senado habí­an decidido gastar la friolera de 30 millones de euros en material de oficina para los funcionarios y los diputados que suelen pasar por estas cámaras. Los Presupuestos Generales del Estado para 2013 – los mismos que contemplan recortes asfixiantes para los ciudadanos de a pie – incluyen una partida de 19.847.640 millones de euros en papel y bolis para el Congreso de los Diputados y 11.374.330 millones de euros más por el mismo concepto, pero para el Senado. Ambas cantidades superan de largo el sueldo base de los 350 diputados –  que no son pocos – de 18,7 millones de euros anuales, sin contar dietas, complementos y demás regalos, claro está. Con todo, seguiremos sin obtener una explicación honesta sobre el porqué de este gasto excesivo en telegramas y burofaxes que todaví­a no ha sido cuantificado ni detallado.

Fotos de: jbeau y portaldelsures

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