Facebook, cambios de privacidad en las aplicaciones

Hasta ahora ha sido el centro de todas las polémicas. En los últimos tiempos, Facebook se ha visto salpicada por numerosas crí­ticas. La culpa la tienen sus propias condiciones de privacidad. Hasta la fecha, los cambios que Facebook ha realizado sobre éstas no ha satisfecho a nadie. Entre otras cosas, porque Facebook no tení­a la más mí­nima intención de mover las condiciones a las que se acogen los proveedores de aplicaciones, principal ví­a de ingreso de datos personales de los usuarios. A partir de ahora, los desarrolladores de aplicaciones tendrán que especificar qué datos personales recogen de los usuarios, los mismos que utilizan luego para hacer negocio. ¿Es este un primer paso hacia el cambio? Habrá que verlo con tiempo.

Las aplicaciones son un recurso muy utilizado por los usuarios de Facebook. Son juegos como Farmville o PetVille, calendarios de cumpleaños y otros programas de entretenimiento a los que el usuario tiene que ceder sus datos personales y los de sus amigos, en el caso de que quiera participar. El anzuelo es tan magnético que millones de personas en todo el mundo están enganchadas a facilitar datos personales y a dejar a la luz sin permiso alguno, las de sus amistades.

A partir de ahora, Facebook activará un proceso de autorización de aplicaciones. Esto quiere decir que cada vez que acceda a una nueva aplicación, la empresa propietaria tendrá acceso a los datos básicos del perfil. Si dicha empresa requiere de otros datos personales más í­ntimos, el usuario recibirá una notificación que le pedirá un permiso adicional. Según ha explicado Facebook, el cambio se ha aplicado con la voluntad de que los usuarios perciban lo fácil que resulta controlar su privacidad.

En cualquier caso, el cambio llega un poco tarde. Aunque Facebook lo anunció para el año pasado y no ha sido hasta ahora, cuando Mark Zuckerberg y los suyos han decidido aplicarlo. De hecho, la actualización ha llegado después de que Facebook se haya visto fuertemente presionada por una polí­tica de privacidad complicada y harto cuestionable.

Fotos de: Franco Bouly,