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El cine está de enhorabuena… o no, según se mire. De acuerdo con datos de la SGAE, 2009 ha sido un excelente año para el cine en nuestro paí­s. Las salas españolas han recibido la visita de 110 millones de espectadores y han recaudado 675 millones de euros, un 35% más que en 2008 y un 1% por encima de la mejor marca, que data de 2004. Y eso a pesar de la “piraterí­a”.

La pelí­cula española más taquillera de 2009 ha sido ígora, de Alejandro Amenabar, con 19 millones de euros, le siguen Planet 51, con 10 millones de euros y La Celda 211, con casi nueve millones.  En terminos absolutos, casi el 14% de la recaudación se la llevan producciones españolas. Haciendo la cuenta de la vieja, eso quiere decir que los estrenos patrios han recaudado algo más de 78 millones de euros, dato confirmado por el Ministerio de Cultura en su página web.

Sigamos con los números. Según datos de recaudación provisionales del Ministerio de Sinde, las 25 pelí­culas españolas más taquilleras han recaudado algo más de 67 millones de euros. Teniendo en cuenta que, en 2009 se han estrenado 299 pelí­culas españolas (de nuevo según la web del ministerio), eso quiere decir que las otras 274 han logrado la impresionante (por lo negativo) cifra de 11 millones de euros. En otras palabras, esas otras 274 pelí­culas estrenadas han recaudado, de media, 40.000 euros cada una. Cualquier economista se llevarí­a las manos a la cabeza ante semejantes cifras de ¿rentabilidad?.

Sin entrar a relacionar esté “exitazo” con lo que el cine recibe en subvenciones, algo falla en este paí­s cuando el 8% de las pelí­culas que se estrenan recauda el 86% del total mientras que el 92% de la producción audiovisual patria apenas es capaz de cubrir el 14% del total de ingresos en taquilla.

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Evidentemente, no se puede reducir la cultura sólo a lo que más vende pero las cifras de este año, una vez más, revelan una alarmante inoperancia del sector. Quizá más de una y más de dos de esas pelí­culas que forman el 92% de la producción patria sean malas del horror, o tan pretenciosas y “culturalmente elevadas” que sólo se las tragan cuatro modernos, generalmente amigos del productor.

Quizá el Ministerio de Cultura debiera tomar cartas en el asunto, aunque la versión oficial será, como siempre, que esas 274 “obras maestras” no vendieron nada en taquilla por culpa de la piraterí­a en internet. A ver si va a ser verdad eso de que gran parte de las producciones sólo se ponen en marcha para trincar pasta de las subvenciones.

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