El flash, ese destello luminoso que algunos piensan que nunca hay que desactivar en la cámara de fotos, es un arma de doble filo. Ayuda a iluminar escenas cuando hay poca luz, pero si no sabemos usarlo, podemos obtener fotos fantasmagóricas. Si no quieres que este maldito dispositivo vuelva a estropearte una bonita instantánea, échale un vistazo a estos consejos.
Todo depende de qué cámara tengamos. Las más avanzadas te permiten bajar su intensidad o redirigirlo (orientándolo hacia distintas direcciones). Otra opción es apagarlo y hacer algunos ajustes en la configuración de la cámara para que capte más luz: subir la sensibilidad ISO, aumentar la apertura (bajando los valores /f) o bajar la velocidad de obturación.
El problema es que hablamos de «palabros» muy técnicos y cuyo uso requiere un poco de conocimiento fotográfico, para no alterar en exceso otros aspectos de la imagen. Un método más sencillo es cambiar la cámara a Modo Nocturno, que configura automáticamente todos estos valores. Casi todas las cámaras lo traen, pero también puede crear imágenes un poco raras.
Se nos van acabando las opciones, pero todavía hay algunos remedios más de andar por casa. Como te explicamos en los consejos para hacer fotos en la playa, siempre puedes mantener el flash, alejarte unos metros del objeto retratado y acercarte a él usando el zoom óptico. El problema es que, si nuestra cámara sólo tiene zoom digital, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Por fortuna, nos quedan todavía dos posibilidades. En primer lugar, aumentar la luz ambiente. En espacios abiertos es un pelín difícil, ya que el hombre aún no es capaz de controlar el sol a su antojo. En interiores es más fácil (benditos sean los interruptores de la luz) y podemos aprovechar los colores de la escena: prueba a colocar al retratado entre un muro de colores claros y otro de colores oscuros, y comprobarás que difícilmente se crean reflejos (los colores absorben la luz).
La última opción puede parecer un poco rústica, pero es efectiva. Si no puedes bajar la intensidad ni redireccionar el flash, no sabes manejar la configuración de la cámara, no tienes zoom óptico y todas las paredes de la casa son del mismo color, tranquilo. Coge un trozo de papel higiénico o un pañuelo tipo kleenex, y colócalo sobre la bombillita del flash. Al usar un material semitransparte como filtro, el destello no afectará tanto a la imagen y la persona que retrates no se convertirá en una aparición fantasmal.
Vía: Digital-Photography-School