Spy-Cellphone, el móvil de los espí­as 3– Usted, si quiere seguir participando en esta reunión secreta, haga el favor de dejar el teléfono móvil sobre la mesa para que veamos que no lo utiliza para grabar la conversación. No podemos permitir que nada de lo que aquí­ se hable sea filtrado por alguno de esos sistemas de rastreo por satélite.

– Claro, hombre, no hay problema. Lo dejaré sobre la mesa para que usted mismo pueda ver que no lo manipulo. ¿Acaso me ha tomado por un espí­a? ¡Qué imaginación que tiene, señor Mafioso!

Pues más imaginación deberí­a tener para cubrirse bien las espaldas. La realidad supera a la ficción en muchos casos, y la escena de arriba podrí­a ser un buen ejemplo, gracias al fabricante Spy-Cellphone. Una empresa estadounidense que se dedica a desarrollar y vender software especial para teléfonos móviles, que permite usarlos como micrófono espí­a, interceptor de llamadas o rastreador incluso cuando el terminal está aparentemente desconectado.

Es la magia de una tecnologí­a apodada «teléfono muerto». Aunque el móvil esté con la luz apagada. Aunque no suene ni aparezca ninguna llamada entrante ni siquiera en el registro de llamadas. Da igual. El micrófono sigue funcionando para registrar lo que suena a su alrededor. En este modo de funcionamiento, los compañeros del espí­a infiltrado podrí­an llamarle para escuchar las conversaciones ajenas. El teléfono seguirí­a en modo silencioso, con la pantalla y todas sus luces apagadas, como si nadie lo estuviera utilizando.

Spy-Cellphone, el móvil de los espí­as 3Cómo no, funciona igual si está encendido, con la ventaja de que escucharí­amos también las conversaciones telefónicas hechas desde el terminal. Además de intervenir llamadas, hace lo mismo con los mensajes de texto: todos los SMS enviados y recibidos por ese móvil serán enviados también al número que queramos.

Una última función permite conocer la localización fí­sica del teléfono enviando un SMS silencioso. Con el mismo método, podemos activar, desactivar y configurar a gusto del consumidor todo el sistema, que funciona a través de la red que usan la mayorí­a de los teléfonos móviles para comunicarse: la GSM.

Obviamente, esta empresa no vende teléfonos, sólo software. En su página tienen un listado de 45 modelos compatibles, de marcas como Nokia, Samsung o Motorola. Primero elegimos el modelo y luego los servicios que queremos (el lote completo oscila entre 1.050 y 1.650 euros), y para pagar nos piden el número IMEI del teléfono. Se trata de un código de serie que es único en cada aparato, así­ se aseguran de que el teléfono está realmente bajo la custodia del comprador.

Luego te enví­an por correo el software, suponemos que en un CD o DVD (no hemos llegado tan lejos). El fabricante asegura que todo el programa se instala en unos treinta segundos, tiempo más que suficiente para que una agencia de espionaje le sustraiga el teléfono al mafioso y lo devuelva a su sitio con el programa instalado, sin que el afectado se dé cuenta.

El problema es que en muchos paí­ses, como en España, estas prácticas son ilegales. De ahí­ que el producto esté más bien orientado a la policí­a y otros cuerpos de seguridad. De hecho, para comprar el software tienes que registrarte como usuario en la página, y en el proceso te piden que expliques por qué demonios quieres tú un teléfono espí­a, espabilao. Esperemos que a la CIA no se le ocurra probar este sistema para un Caso Watergate con teléfonos móviles en el siglo XXI (si es que no lo ha hecho ya).

Ví­a: Gizmag

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