Las compras a través de Internet (e-commerce para los redichos) no terminan de cuajar en España. Es verdad que poco a poco las ciberventas van creciendo. Pero, a la hora de la verdad, el español de forma mayoritaria prefiere verse cara a cara con el producto y el vendedor.
Según un reciente estudio del CIS, sólo el 10% de los españoles compra habitualmente por Internet (algo más de 3 millones de personas). Y lo hace con productos muy determinados: billetes de transporte y reservas de alojamiento (61%), entradas a espectáculos (23%), libros o revistas (23%).
El 85% prefiere el comercio presencial. Vamos, ir a la tienda a comprar. Fundamentalmente por desconfianza hacia los sistemas de seguridad y privacidad de datos en este tipo de compras.
Además, parte de los que sí compran por Internet se quejan de la publicidad engañosa, el retraso en la entrega y lo difícil que es a veces informarse sobre la garantía del producto.
Lo cierto es que el comercio electrónico todavía anda en pañales, y más teniendo en cuenta que sólo el 40% de los hogares españoles tienen conexión a Internet.
De todas formas, es un sistema con evidentes ventajas. Ahorro de tiempo, disponibilidad de un centro comercial gigante internacional, abierto 24 horas al día, posibilidad de encontrar productos especializados o difíciles de encontrar…
Además, existe el pago contra reembolso, con el que la desconfianza es menor ya que no pagamos hasta tener el producto en la mano. Y, en este caso, el banco no se lleva comisión ni hace falta tener Visa o Mastercard por obligación, dicho sea de paso. Empresas y compradores podrían tomar nota.
Hace poco he tenido un problema con la tienda online TiendaPc.com, en la cual ofertaban un disco duro media player de 250GB con lector de tarjetas por 15,70 euricos. Pues bien, no hemos podido protestar en consumo por este error, ya que en las condiciones de compra, existe un apartado para el error tipográfico y las compras contrarreembolso y por transferencia. Una engañifa, vamos.
A cambio del disco duro, nos ofrecen un descuento del 5% en la próxima compra. Lo que te obliga a comprar algo (¡qué listos!).
Luego, las compras contrarreembolso no son tan "guays" como las pintan, ya que cuando tienes el producto en tu mano, no puedes ver si viene defectuoso y devolverlo sin pagarlo. Tienes que pagarlo, quedártelo y si viene defectuoso, agárrate los machos que te vas a tirar meses para recoger tu dinero.
Lo que falta es claridad en las transacciones. Una tienda física tú ves el producto, lo catas, lo hueles, lo manoseas, y si es del tamaño perfecto para tu hueco en tu escritorio te lo compras. Mientras que, en una tienda online, tienes que fiarte de lo que te ponen en las características del producto, que muchas veces son escasas y poco acertadas.
¿En pañales?, yo diría feto.
Saludos.