Hace apenas unas semanas supimos que la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos), grabó en un solo mes metadatos de más de 60 millones de llamadas telefónicas en España y otros millones de llamadas más en todo el mundo. Entre diciembre de 2012 y enero de 2013, el organismo estadounidense recopiló información sobre la duración, el tipo de aparato desde el que se realizaba la llamada, la localización y los números de teléfono de millones de conversaciones telefónicas. Las llamadas espiadas pertenecían a usuarios anónimos, pero también a políticos como Mariano Rajoy o Angela Merkel, entre otros de alcance mundial. Pero este escándalo no ha mermado las fuerzas de los servicios secretos norteamericanos. Las últimas noticias confirman que el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de Estados Unidos ha renovado el permiso que permite a las agencias de inteligencia del país espiar y almacenar los metadatos de las llamadas que realizan los usuarios estadounidenses y también de aquellos que se comunican con estos desde otros países. España estaría incluida en el paquete y el permiso se alargaría, desde ahora, durante tres meses adicionales.
Ha sido el propio gabinete del director de Inteligencia Nacional, James Clapper, el encargado de comunicar que el tribunal ha dado el visto bueno a las agencias para que sigan interceptando los metadatos de las llamadas, muy a pesar de que las prácticas llevadas a cabo por este tipo de organismos han generado una gran controversia en todo el mundo y han puesto en entredicho los límites a la hora de «garantizar» la seguridad de los países. A pesar de eso, el director ha indicado que las agencias están a disposición de cualquier cambio que pueda indicar el Estado y los tribunales para llevar a cabo las modificaciones que sean consideradas necesarias. Más que nada porque el hecho de almacenar información de este tipo constituye una garantía, pero una garantía extra, para salvaguardar la seguridad de los ciudadanos.
La interceptación de información sobre las llamadas de los ciudadanos fue destapada por Edward Snowden, extécnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que filtró a medios como The Guardian, The Washington Post y a la revista alemana Der Spiegel las dudodas prácticas de este organismo. Snowden reveló que, aparte de almacenar metadatos de llamadas, la agencia registraba en un solo día 444.743 agendas de contactos de Yahoo, de Gmail (33.697), Facebook (33.697) y otros proveedores (22.881) de correo electrónico y redes sociales que utilizaban usuarios anónimos. A esta información, de vital importancia para todos los usuarios de este tipo de servicios, hay que añadir alrededor de 500.000 listas de contactos diarias de mensajería instantánea. El resultado final sería de unos 250 millones de agendas de contacto anuales en todo el mundo. Esta información privada habría sido recabada con el beneplácito de las distintas empresas y operadores que prestan un servicio, supuestamente discreto, a los internautas.
