Crusader Kings III en PS5: La estrategia más dura llega a las consolas

Crusader Kings III no es un juego para cualquiera. Es un título complejo, un reto desde el primer momento hasta el último, que no te deja estar tranquilo ni cuando crees controlarlo todo. Un juego, todo hay que decirlo, para los que tenemos algo de masoca en nuestro interior, porque enfrentarse a él es una tarea titánica y el esfuerzo de toda una vida se puede ir por las cloacas en un golpe de mala suerte o un despiste. En este juego te pones al frente de una nación o un condado a lo largo de la Edad Media, desde el siglo IX hasta llegar el Renacimiento, con el objetivo de hacer que tu dinastía prospere y, quién sabe, convertirte en el próximo emperador de Roma. Fácil, ¿no? Si no fuera porque por el camino te vas a encontrar con una amalgama de intrigas, corrupción y guerras en las que esa frase de «El lobo es un lobo para el hombre» tendrá más sentido que nunca.

Se trata de una adaptación del juego de PC para consola, y por el camino gana en algunos aspectos y pierde en otros. ¿Merece la pena? Gracias a los chicos de Koch Media he podido probar su versión para PS5, estas han sido mis impresiones después de echarle unas cuantas horas a este juego endiablado y muy muy interesante para amantes del rock duro… del medievo. Por cierto, lo tienes ya en tiendas por un precio de 50 euros.

Nombre: Crusader Kings III

Plataforma: PC / PS5 / PS4 / Xbox / Stadia

Tipo: Estrategia

Público: Adulto

Multijugador en local: No

Juego online: Sí

Precio: 40 euros (PS5)

¿Quién dice que la estrategia no puede dar el salto a la consola?

Al margen de que soy un fan de estos juegos de estrategia histórica de llevar a buen puerto a tu reino (la de horas que he podido tirarme jugando al Europa Universalis, también de Paradox), tenía mucha curiosidad por saber qué tal habían conseguido adaptar este Crusader Kings III a consola. Porque, si eres de los que juegan a estos títulos, probablemente te entre algo de urticaria al pensar en jugar a ellos a través de un mando en vez del ratón. Vamos, en mi caso todavía recuerdo mis sudores fríos alguna vez que se me ha ocurrido tratar de jugar al Europa Universalis en el coche o en un tren, a través del trackpad.

Pues tengo que decirte que el trabajo que han hecho los de Paradox merece la pena. No es perfecto, pero es lo bastante bueno y cómodo para que me haya tirado horas tratando de salvar el destino de mi dinastía. Y hay alguna que otra cosa que se ha ganado con este cambio. Por ejemplo, la experiencia resulta más ágil y te paras menos en nimiedades, aunque eso también lleve a despistes que pueden ser fatales. Pero, además, uno de los añadidos que ha querido incluirle Paradox es integrar la reacción háptica de los mandos de PS5. Esto es, que si estás estresado te costará más apretar el gatillo. Ahora bien, también he dicho que se pierden cosas por el camino. Sobre todo, que no te ofrecen tanta información como si estuvieras en el juego de PC, y eso a veces puede resultar un verdadero fastidio si quieres exprimir todo el jugo de este Crusader Kings III.

Y, claro, el movimiento de tropas resulta bastante más pesado que con el ratón, que es más automático. Siempre puedes usar un periférico con la consola, pero lo suyo es que aproveches el mando ya que te lo compras para consola. Con todo, resulta lo suficientemente práctico como para disfrutar incluso de la parte de las batallas.

El mundo en la palma de tu mano… Y los cuchillos a tu espalda

Más allá de la adaptación a consola, que es bastante exitoso para un juego de estas características, Crusader Kings III es igual que internarse en un mundo complejo y lleno de matices infinitos. Es de esos juegos que puedes estar dominando durante días y que aun así estés haciendo algo mal o desaprovechando una opción de las innumerables que te da la diplomacia de este juego. Si no lo conoces, te pones al frente de una nación o un dominio y tienes que encargarte de aumentar sus posesiones y fama a lo largo de los años. Claro que no solo con el personaje con el que empiezas. Luego tendrás que llevar las riendas con el heredero o heredera, y así hasta fortalecer la dinastía e incluso llegar a crear un imperio.

Para ello, debes tener en cuenta no solo tus atributos, sino elegir un camino de vida dentro de una idea más militar, otra de administración, por medio de la diplomacia… Elegir esposa(s) o esposo, educar a tus hijos, crear alianzas por medio de matrimonios, etc. Por el camino, debes tener contentos a tus vasallos, que muchas veces son los mismos que estarán conspirando contra tu vida. Para ello puedes darles regalos, darles puestos en tu consejo que es el que te ayuda a gobernar el país / condado / cacho de tierra de mala muerte o intrigar para mejorar su opinión. Incluso puedes cortejarlos para que se conviertan en tus amantes y, quién sabe, tus almas gemelas. Y si todo este camino del amor no funciona, siempre te queda la opción de asesinarlos mientras duermen a través de tu jefe de espías, encarcelarlos y/o torturarlos. Como ves, muy sencillo.

Por si te pareciera poco, también tienes que vigilar bien la sucesión, porque otro de los puntos que pueden acabar con tus nervios en este Crusader Kings III es este tema espinoso. Puedes llevar tu nación como un campeón y que un complot que no te esperabas acabe con tu vida. De repente, eres un chavalín de 11 años al que nadie respeta y al que todos quieren avasallar. Y, encima, con el agravante de que al principio las leyes de sucesión son más que fastidiosas y pueden hacer que toda una porción del mapa que habías conquistado vaya a manos de ese sobrino odioso que nunca te cayó bien.

Con Crusader Kings III vas a aprender a las malas lo que es el camino del poder, y casi que los políticos de hoy en día te van a parecer pajarillos en comparación con lo que se hace en este juego. Para muestra un botón. En una de las partidas, conseguí labrarme un nombre a través de un par de generaciones e incluso convertirme en el Rey de Irlanda. Con un reino próspero, con mis condados mejorados y muchos edificios construidos, incluso con el consejo bien controlado. Un despiste y no hacer mucho caso de una facción que había surgido contra mí, y cuando se me ocurrió declarar una guerra varios de mis vasallos se levantaron en armas para poner sobre el trono… A mi hermana. De repente, me encuentro siendo vasallo de mi propio reino. Bueno, ex reino. Y este es solo uno de los ejemplos de partidas que se fueron al traste por las eventualidades de la historia.

Lo que está claro es que con Crusader Kings III vas a encontrarte un reto titánico que te va a apasionar si te gusta la estrategia histórica y los juegos difíciles y complejos. No tanto a la hora de controlar los básicos para manejarte como en la experiencia que necesitas para dominar de verdad sus mil y una variables. Un juegazo para los que tienen un punto masoca. Que si no, no nos meteríamos en estas historias.

Este juego es para ti si…

Si eres un fan de la estrategia histórica y quieres disfrutar de uno de los juegos más complejos e intrincados del panorama

No te lo recomiendo si…

No eres una persona paciente