Patrones oscuros en Internet

En la actualidad, el diseño de sitios web y aplicaciones está condicionado por una máxima: hacer que el usuario tome decisiones concretas. Evidentemente, no estamos hablando de una manipulación sistemática por parte de las empresas. Más bien, nos referimos a pequeños trucos de diseño que invitan al usuario a actuar de una manera o de otra. Claro, siempre en beneficio del propietario de la web o la aplicación.

Podemos denominar a estos trucos como patrones engañosos. Para llevarlos a cabo se utilizan recursos variados, como la elección de determinados colores, un lenguaje complicado de entender o bucles intencionados. Si quieres conocer cuáles son las técnicas más utilizadas a la hora de guiar al usuario hacia cierto comportamiento, en este artículo te las contamos.

Así nos presionan para que compremos mas

Anteriormente, analizamos algunas técnicas empleadas por compañías como Amazon para hacernos comprar cosas que no necesitamos. No obstante, existen otras más peligrosas utilizadas en muchos sitios de comercio electrónico que buscan que el usuario se sienta presionado a comprar.

Una de ellas es el impulso de las ventas gracias a los clientes falsos. No es extraño toparse con portales que incluyen avisos indicando cuántas personas están mirando o comprando un producto. Esto también sirve para alimentar los sistemas de comentarios y reseñas. Habitualmente, se usan este tipo de artimañas para convencer al usuario de que está a punto de realizar una compra acertada.

Provocar cierto sentimiento de culpa o vergüenza también es habitual. De hecho, es muy efectivo a la hora de convencer a los internautas de que se inscriban en una lista de correo o en un sitio web. Esto es posible gracias a un lenguaje aparentemente inofensivo, que incluya respuestas como “Prefiero ser de los que pagan de más”.

El diseño de una aplicación y su lenguaje nos condiciona

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El uso de ciertos elementos en la interfaz de una web o una app están pensados para confundir al usuario. También se utiliza, en ocasiones, lenguaje de difícil compresión. Aquí van algunos ejemplos que es probable que hayas conocido:

  • El uso de colores pálidos y que son difíciles de ver para los botones de rechazo. Al mismo tiempo, se utilizan colores muy llamativos para botones que incitan a la acción como Comprar, Aceptar o Registrarme.
  • Casillas de verificación marcadas previamente. Eso implica que, para ser desactivadas, el usuario actue de forma activa. De lo contrario, es probable que acepte algo que realmente no le interesa.
  • Botones de cierre falsos. Este recurso se utiliza para dirigir al usuario a un sitio concreto cuando lo que en realidad quiere es cerrar un diálogo o abandonar un proceso de compra.
  • Empleo excesivo de botones. Cuando se incluye una gran cantidad de botones diseminados por la pantalla, lo más probable es que se pulse uno.

Todos estos ejemplos están relacionados con el diseño. Pero ¿qué pasa con el lenguaje? Seguro que has pasado por alguna de estas situaciones:

  • Formular frases con dobles negativos es perfecto para confundir al usuario. Algo así como “No desmarcar la casilla si deseas seguir recibiendo noticias”.
  • Utilizar letra pequeña para enlazar a recursos como los términos y condiciones o la política de privacidad. A esto se le debe sumar una ubicación que dificulta encontrar el acceso.
  • Impedir el cierre de una cuenta. Esto es muy común en ciertos servicios, como Instagram o Facebook. La opción para eliminar una cuenta definitivamente suele estar escondida tras una larga URL a la cual es difícil llegar.

Existe una gran variedad de patrones oscuros

Las técnicas que hemos analizado, por lo general, no son ilegales. Por eso se siguen utilizando. Por supuesto, no son las únicas. Por ejemplo, no extraño enfrentarse confusas instalaciones en la que terminamos descargando otras aplicaciones adicionales.

Si quieres ejemplos reales, la cuenta de Twitter Dark Patterns ofrece una interesante recopilación de estas tácticas.

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