El USB C se ha convertido en un estándar pese a la preocupación de muchos (me incluyo) durante los primeros años de su aparición, allá por el 2015. Para mi, hace unos años el USB C era algo molesto, sobre todo teniendo en cuenta que necesitaba accesorios para poder cargar mi móvil o conectar mi USB convencional al puerto USB C de mi MacBook Pro. A día de hoy, la mayoría de móviles cuentan con este formato, también los portátiles y otros gadgets. Ahora, el USB tipo C recibe su versión 2.1 con importantes mejoras.
La principal ventaja de esta nueva generación de USB C es el considerable aumento de potencia. Este tipo de conector pasará de cargar hasta 100W a una carga máxima de hasta 240W. Es decir, 140W más que la actual generación. Esta mejora es muy importante, sobre todo si tenemos en cuenta a equipos más potentes. Por ejemplo, portátiles Gaming, monitores con alta resolución u otros dispositivos que cuenten con puertas USB C.
A día de hoy hay equipos con potencia de más de 100W y que tienenUSB tipo C 2.0. La diferencia es que con este nuevo formato no será necesario un adaptador externo para que el equipo pueda cargar a una potencia mayor que 100W, adaptadores que son algo más aparatosos y que pueden ser molestos a la hora de transportarlos. Por lo tanto, con un puerto USB C de hasta 240W, solo tendremos que utilizar el adaptador a la corriente y el cable.
USB C 2.1 EPR
USB-IF, asociación que se encarga de promover la implementación del USB C, ha nombrado a esta novedad como Rango de potencia extendido (EPR por sus siglas en inglés). Ahora, los fabricantes deberán compatibilizar sus próximos equipos con esta nueva versión del puerto reversible. Desde conectores que admitan el estándar EPR hasta cargadores y cables USB-C. Aquellos accesorios que sean compatibles estas velocidades deberán tener marcado el estándar EPR en una zona visible para diferenciarlos del resto de versiones.
Por supuesto, el USB tipo C 2.1 incluye el resto de mejoras que encontramos en anteriores generaciones. Este formato destaca por ser reversible, por lo que puede colocarse en cualquier posición. Además, a día de hoy se ha convertido en un estándar. La mayoría de nuevos dispositivos que se lanzan al mercado cuentan con USB C. Esto permite utilizar el mismo cable para cargar varios dispositivos o, por ejemplo, conectar un portátil a un monitor de una manera más sencilla.
