Sonos Amp, probamos el amplificador y reproductor más versátil y potente

La familia Sonos sigue creciendo y el pasado verano la compañía americana anunciaba su Sonos Amp. A diferencia de sus otros productos, éste no «suena» por sí mismo: necesita unos altavoces. Pero ahí está su gracia también, al permitirnos aprovechar unas cajas que ya tengamos, o comprar otras mejores. Gracias a eso no limita sus prestaciones a los altavoces incluidos: dependerá de qué le conectemos. Es, pues, el Sonos con mayor potencial de sonido, gracias también a sus 125 W suficientes para mover casi cualquier caja. Cuesta 700 euros y lo hemos podido probar a fondo en diferentes configuraciones. Podemos anticipar que nos ha sorprendido muy gratamente: no hay otro aparato parecido que ofrezca tanto.

Antecedentes y posibilidades

Ya existió un producto parecido, el Sonos Connect:Amp que antes se llamó ZP120 (año 2005). Es decir, un dispositivo Sonos con todas sus posibilidades, pero sin altavoces. Su amplificador interno podía alimentar los altavoces que fueran, aunque tenía solamente 55 W de potencia. El Sonos Amp aumenta eso hasta 125 W y lo hace en un chasis más esbelto gracias a la tecnología de la Clase D. Amplificación del siglo XXI, de calidad, eficiente y sin apenas calentarse. Con dos altavoces cualquiera de la calidad que queramos (o podamos pagar), podremos tener un equipo de sonido de primera.

Pero el Sonos Amp trae algunos trucos nuevos. Uno de ellos es la versatilidad de configuraciones que permite, pensando en montar un sistema de cine en casa. Lógicamente y como otros aparatos de la familia permite usar una pareja de Sonos como altavoces de efectos surround traseros. Es una de las cosas que probamos, pues además del Amp nos prestaron dos Sonos One para este artículo.

Si quisiéramos usar para los surround altavoces no Sonos, también es posible. Pero necesitamos un segundo Amp, que será el que envíe la señal amplificada a esos altavoces. Sí, es posible sincronizar o conectar dos Sonos Amp para formar un sistema de cine, como haríamos con otros productos Sonos. Todavía hay otra forma de usarlo, si vamos a sonorizar por ejemplo una estancia y una terraza. Las salidas de altavoces en ese caso serán dos «monoaurales» (no estéreo) y cada una podría alimentar dos altavoces. En ese caso no se busca generar una escena sonora estéreo sino dar sonido a dos ambientes, quizás con altavoces empotrables. Precisamente Sonos ha puesto en venta este tipo de altavoces en un acuerdo con el especialista Sonance, pero ésa es otra historia.

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Sonos Amp (en primer plano, una caja B&W 802D)

Compacto y capaz

Esta compacta cajita negra apenas mide un palmo cuadrado (22 centímetros) por solo 6’4 cm de alto. Por cierto que (pese al éxito de algunos productos Sonos en blanco) no está disponible en otro color. Sus poco más de 2 kg de peso esconden mucha electrónica incluyendo los citados módulos de amplificación. La Clase D trabaja en conmutación y permite reducir espacio ocupado, peso y calor disipado. El frontal dispone del Led habitual de Sonos y los también ya familiares tres controles táctiles. Con ellos podemos avanzar o retroceder canciones, parar y subir o bajar volumen. Para lo demás necesitamos la App Sonos, completísima y fácil por cierto. Bueno, o el mando a distancia del televisor conectado, que se puede sincronizar (muy práctico).

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El Sonos Amp ofrece hasta 125 W de potencia a 8 Ohmios (la impedancia normal de los altavoces). Pero puede alimentar altavoces de 4 Ohmios, de ahí que podamos conectar dos a cada salida. Como cuando queremos sonorizar un espacio más grande por ejemplo. La parte inferior es una rejilla que permite entrar aire fresco, y la superior tiene un círculo con una ranura por donde se evacua aire caliente. Sin ventiladores, el Amp se mantiene tibio en uso incluso a volúmenes fuertes.

Conectividad correcta

Además de todo lo que podemos hacer a través de la red (cuenta con Wifi 802.11 b/g/n) el Amp tiene varias conexiones traseras. Hay dos Ethernet, por si queremos desactivar el Wifi y usar los Sonos cableados. Al tener dos, podríamos «encadenar» aparatos. Luego están las salidas de altavoces, para una pareja, en formato «banana» estándar (4 mm). Si necesitamos usar cable pelado, se adjuntan adaptadores de buena calidad (y apariencia, el diseño siempre cuenta). También tenemos una salida RCA para un cajón de graves si no tenemos un Sonos Sub, que funcionaría vía red.

Son importantes las dos entradas: una, estéreo RCA analógica (para un tocadiscos por ejemplo). La otra, una HDMI que muestra la intención de Sonos de que usemos el Amp cerca de un televisor. En ese caso, llegaría la señal HDMI-ARC como con los Sonos Beam o PlayBase que ya probamos en su día. Si nuestro televisor es antiguo y su HDMI no tiene ARC Sonos tiene adaptador para usar la salida digital óptica. Es una buena solución pero en la trasera del Amp hay sitio de sobra para una (o dos) entradas digitales. Nos parece un fallo que no disponga de ella, para eso o para un lector CD o Blu-Ray por ejemplo. Tampoco nos gusta que (como todos los Sonos) no tiene Bluetooth (práctico aunque sea puntualmente). Y ya puestos a pedir, una entrada auxiliar frontal (jack estéreo) sería bienvenida como alternativa a la solitaria RCA trasera.

Limitaciones

Conviene apuntar algunas limitaciones del Sonos Amp. Para empezar esa limitación por la entrada digital al HDMI ARC (salida de audio Audio Return Channel). Nos podemos encontrar con sonido de dos canales en lugar de envolvente: dependemos de lo que envíe el televisor. De todos modos recordemos que el sistema Sonos tiene sus limitaciones: como mucho admite Dolby Digital 5.1 (no DTS ni por supuesto Atmos ni nada superior). Incluso si recibe DD con 5+1 canales, el Amp como mucho podrá reproducir 4.1 canales. No tiene amplificación ni salida para un central, ni está previsto usar otro altavoz Sonos en esa posición. A cambio, el Amp usa un procesado digital para generar un canal central virtual (llamado «Phantom» o fantasma) a partir de los dos estéreo frontales.

 

Por otra parte tenemos la limitación a sonido estéreo de calidad CD. El Amp puede ser protagonista de un sistema estéreo que potencialmente puede ser de alta calidad. Dependerá de qué altavoces conectemos y de qué fuente lo alimente. Pero el sistema Sonos no reproduce ningún formato de sonido el alta resolución: ni los que usan Tidal (MQA) o Quobuz (Hi-Res) por ejemplo, ni otros. No relacionada con el sonido, otra limitación del Sonos Amp está en el uso de asistentes como Siri o Alexa. Los últimos productos Sonos (One o Beam) han destacado por incluir micrófonos sensibles y eficaces para recibir órdenes habladas. Pero (extrañamente) el Amp no cuenta con nada de eso: dependerá que que tengamos otros dispositivos compatibles conectados.

Manos a la obra

El mensajero nos dejó dos cajas: en una venían los dos Sonos One, en la otra el Amp. Como siempre, es un placer desembalar productos tan bien presentados como los Sonos… muy «estilo Apple» digamos. Gran detalle la funda de tela que protege el aparato en sí y que podríamos usar como guardapolvo después. El Amp es un producto en sí menos llamativo que otros Sonos: no «suena» y no tiene rejillas de altavoces. Pero el acabado (solo negro) es impecable, satinado, y la ventilación superior llamativa. Como otros Sonos tiene tres controles táctiles pero no desconexión. Tras unos minutos en pausa, pasa automáticamente al modo de reposo con bajo consumo.

La conexión, tan sencilla como con otros Sonos. Lo enchufamos y vamos abriendo la App propia (en iOS o Android). Al poco rato luce la esperada luz verde y procedemos según nos indica la propia aplicación. Y en pocos minutos se habrá conectado y actualizado, en este caso sin problema con la Wifi. El siguiente paso es buscar fuentes de sonido: con el Amp podremos haber conectado un televisor vía HDMI. También cualquier fuente algo digital (CD, DVD etcétera) con el adaptador óptico-HDMI. En analógico (entrada RCA estéreo) cualquier fuente, aunque si es un tocadiscos hará falta el previo de fono correspondiente. Pero el punto fuerte de Sonos es su compatibilidad con prácticamente todos los servicios de música en línea.

Música en línea

Una importante cosa buena de los Sonos es lo versátil que es su aplicación de control. Podemos escuchar rápidamente cualquier radio por Internet, con una buena selección propia por estilo y países. Es fácil conectarse a nuestra biblioteca doméstica compartida, y navegar por ella. Y sobre todo es sencillo usar el otro medio de escuchar música: los servicios de streaming. Los americanos se han preocupado de que sea sencillo y compatible con la mayor cantidad de servicios de música posible. La lista es interminable, con más de cuarenta servicios. Nuestros favoritos incluidos, por supuesto: Tidal, Spotify, Quobuz, Apple Music, incluso desde hace poco YouTube Music.

La aplicación que más usamos ya que ofrece música con compresión sin pérdidas (FLAC) es Tidal. Y también Spotify, cuyas listas son las mejores. Los menús de Tidal están perfectamente integrados en la aplicación Sonos, se accede a los favoritos sin problema, y se pueden elegir favoritos que guarde la aplicación. Lo mismo con Spotify, sólo tenemos que registrar nuestro usuario y la conexión funciona a partir de entonces de forma transparente. Por cierto que no solo hay App de móvil o tableta, también para el ordenador (Mac o Windows). Y esta última es muy práctica en el caso del Amp, a nosotros nos vino muy bien cuando lo tuvimos en la habitación-despacho donde escribimos. Además del programa completo, permite dejad una ventana flotante como mini-reproductor donde muestra qué suena con controles básicos (perfecto).

Varias pruebas en una

Dada su versatilidad y posibilidades, hemos probado en Sonos Amp en diferentes equipos y situaciones. Sobre todo, lo hemos probado con diferentes altavoces para comprobar cuánto puede rendir y hasta dónde llega. Lo «lógico» parece probarlo con altavoces de su gama de precio, pero en sonido no siempre se aplica esa lógica. Muchas veces, los altavoces que tienen un compromiso de precio también lo tienen en otras facetas: por su sonido, o por su rendimiento y facilidad de amplificación. Hay altavoces cuyo precio multiplica el del Amp pero que no necesitan mucha potencia para dar gran sonido, por ejemplo. Y en cambio algunos altavoces económicos exigen mucho al amplificador.

Por eso hemos probado el amplificador y reproductor Sonos con diferentes altavoces. De una parte nuestros B&W 802D y también unos de alta sensibilidad fáciles de amplificar (Ramallo Allegro). Más equilibrados (en precio) estuvieron nuestros B&W CM5 y CM1, de estantería. También los Monitor Audio Gold 200 5G que teníamos para otra prueba. En alguno de estos casos complementamos al Amp con una pareja de Sonos One como traseros para ver películas, y también con un cajón de graves propio.

El cielo como límite

Aunque todavía sería posible una combinación más extravagante (en audio el cielo es el límite…) de altavoces y amplificador o fuente, el caso es que la combinación con nuestros mejores ejemplares fue un éxito. Probamos el Sonos Amp en un salón de unos 30 metros cuadrados con las citadas B&W y Monitor Audio. Y también en un sótano con mejor acústica y las cajas de alto rendimiento (diseñadas para válvulas y poca potencia). Enseguida desvelamos el resultado.

En ambos casos fue estupendo poder probar, además de la música estéreo, algo de cine. Bastó trasladar los dos Sonos One y activarlos para sonido envolvente en la aplicación. Sólo hay que buscar dónde enchufarlos, sin más líos de cables ni configuración… La verdad es que esa facilidad es única de Sonos y que unos altavoces sean tan versátiles, convence. Porque puedes tener esa pareja de One oficiando de «envolventes» en invierno y sacarlos a la terraza en verano por ejemplo.

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Con películas o series, la verdad es que el Amp y los One se defendieron muy bien. En este caso si sumamos los necesarios altavoces frontales y el recomendable cajón de graves, nos ponemos en un presupuesto medio. Digamos que rivaliza con un receptor tradicional de cine en casa y cajas de gama baja. El Sonos Amp ofrece más facilidades y el receptor mayor conectividad. En cuanto a sonido podrá depender del material pero el Amp y los One se defendieron muy bien. Quizás ayude que sean activos y suenen «más grandes» pero algunos efectos envolventes eran muy llamativos con los One. En películas de terror o suspense, por ejemplo, nos llevamos algún susto al escuchar sonidos por detrás…

Estéreo puro

Pero si en cine el sistema cumplió muy bien, fue en estéreo donde nos llevamos una mayor sorpresa. El Sonos Amp no sería seguramente el primero en la lista de un melómano buscando un equipo digamos serio. Nos referimos a un sistema frente al que sentarse a disfrutar de la música, al que escuchar atentamente. Y sin embargo nos demostró ser perfectamente capaz de asumir ese papel, aparte de ser óptimo para escuchas música de forma más distraída. Lo habíamos apuntado más arriba pero la combinación de un amplificador suficientemente capaz con altavoces de calidad, es una ganadora.

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Un punto a favor del Amp es su bajísimo nivel de ruido. Incluso con las cajas de alto rendimiento, ni con el oído pegado escuchamos ruidos de fondo. Y con estas cajas el sonido era dinámico, alegre, detallado pero sin agresividad… volaban con el compacto Sonos. Otro tanto podemos decir de su asociación con unas cajas tan a priori improbables como las Bowers 802D. Su precio es treinta (sí 30) veces el del Sonos Amp… y sin embargo la asociación fue un éxito. La apertura y limpieza de sonido en medios y agudos tenía un perfecto fundamento en graves. La proyección de la escena sonora no tenía nada que envidiar a amplificadores de muchas veces el precio del Sonos. Sólo un oído entrenado apreciaría algo menos de sutileza o transparencia en agudos y menos impacto en graves.

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Sonos Amp con B&W CM5

Una sorpresa, en fin, el nivel de sonido que se puede conseguir con el Amp y unos altavoces apropiados. Escuchamos pistas y discos habituales en otras pruebas de aparatos de sonido más «especializados» sin echar de menos mejor calidad de sonido. Y en algunos casos esas mismas canciones o cortes los hemos escuchado en sistemas que obligan a hipotecar la casa para pagarlos, con eso queda dicho lo alto que es capaz de apuntar el sencillo Sonos Amp en buena compañía.

Cajas más lógicas

La combinación con los monitores B&W, de precio más parecido al Sonos Amp, también estuvo a gran altura. Los más grandes CM5 en el salón respiraron como lo hacen con amplificadores estéreo o de cine mucho más caros. Los 30 metros cuadrados se llenaban de música con el Sonos incluso a volúmenes más altos de lo recomendable. Antes fueron los protagonistas de momentos de cine junto a las columnas Monitor Audio y siempre con los Sonos One de «envolventes».

Curiosamente con los altavoces menos grandes sí notamos diferencias ajustando las opciones de sonido del Sonos. En «ajustes» hay que ir a «habitaciones» y «EQ»: además de graves y agudos está la «sonoridad». Con altavoces Sonos es muy evidente este ajuste: en general, totalmente recomendable, porque «llena» más y la música o voces cogen más cuerpo. Pero con el Amp parecía muy sutil, o inactivo, este ajuste. Hasta que probamos con las cajas menos grandes. Ahí sí recuperamos esa sensación, y preferimos el ajuste activado salvo con la música muy alta.

En el caso de los más compactos CM1, en su caso acompañados por un cajón de graves, pudimos comprobar lo bien que sabe conjuntar ambos tipos de cajas el Amp. Tiene un menú para eso, en «sonido Avanzado» los «ajustes de Sub». Permite activarlo o desactivarlo, regular el nivel de salida y también el importante cruce de frecuencias. Ahí, entre 50 Hz y 110 Hz según el tamaño y capacidad de los altavoces principales, elegimos hacia dónde irán esas notas. Cortamos a 80 Hz las CM1 y el conjunto sonaba estupendo, a caja más grande. El Amp envía la señal musical normal a las cajas pero desvía los graves al cajón para optimizar el sonido.

Lo único que no está disponible es el Trueplay. En otros Sonos, previa medición de la acústica con el micrófono del móvil, Trueplay ajusta su respuesta para optimizar el sonido. Como no saben qué altavoces conectamos al Amp no lo han incluido. En nuestra opinión, precisamente por eso ¡sería más necesario!. Quizás esté disponible en una futura actualización, porque en nuestra experiencia es algo que merece la pena tener y activar.

Conclusiones

No sabíamos exactamente qué esperar del Sonos Amp antes de probarlo. Su antecesor tenía una potencia justita para muchos altavoces, pero el Amp sí encierra un gran potencial en su compacta caja. Nos hubiera gustado que tuviera una conectividad más amplia: sólo hay dos entradas, y la salida de altavoces y subwoofer. Es poco, muy en línea con lo minimalista de estos productos. A cambio el acceso a música a través de la red es casi infinito, y la aplicación sencillamente perfecta.

Combinado con altavoces bien elegidos puede ofrecer un nivel de sonido sencillamente inesperado. Podría ser el solitario protagonista de un sistema de muy alto nivel solo usando cajas apropiadas, de su presupuesto o incluso muy por encima. Probamos ambas opciones y nunca nos defraudó. Con cualquier tipo de música no echamos de menos electrónicas de precio muy superior. Además, como buen Sonos, todo funciona a la primera como en sus altavoces y otros productos. Y da gusto desembalarlo, instalarlo, verlo o tocarlo. Si tenemos unos buenos altavoces y no queremos comprar unos Sonos, pero sí su sistema, el Amp es la solución. Y si queremos montar un equipo desde cero, ésta puede ser una solución perfecta. Un excelente producto que remata una gran gama y sin duda el mejor sistema doméstico de sonido, para una o para varias habitaciones.

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Sonos Amp

Tipo Reproductor en red y amplificador integrado
Amplificación 2 canales Clase D, 125 W a 8 Ohmios.
Entradas 1 estéreo analógica RCA, 1 HDMI ARC, 1 Ethernet (con salida-bucle).
Salidas 2 altavoces (configurable estéreo o doble mono), 1 RCA para cajón de graves
Filtro de subwoofer detección automática, filtro de 50 a 110 Hz (ajustable)
Controles Botones táctiles en el frontal. Aplicaciones para iOS, Android, Mac, Windows.
Mando a distancia A través del televisor (HDMI CEC).
Red WiFi 802.11 b/g/n, Ethernet
Accesorios Adaptador Toslink óptico – HDMI
Compatibilidad AirPlay 2, Spotify, Tidal, Tune-in… (virtualmente todos los servicios en línea)
Colores Negro satinado
Dimensiones 217 x 271 x 64 mm
Peso 2,1 kg
Fecha de lanzamiento Disponible
Precio 700 euros

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