A principios de este mismo mes te contamos que los trabajadores de Amazon del centro de San Fernando de Henares tenían previsto iniciar una nueva tanda de huelgas coincidiendo con la campaña de Navidad. El primer golpe de efecto querían darlo por este Black Friday, que se celebra justo el viernes, y que es un momento de máximo apogeo en el mayor tienda de internet.
Ante la falta de respuesta de Amazon a sus peticiones como trabajadores, tienen previsto parar el 23 y el 24 de noviembre y se plantean hacer huelga durante el puente de la Constitución, los 15 y 30 de diciembre y el 3 de enero, que coincidirá con los días previos a Reyes.
Pues bien, ante este plan, Amazon ha tomado medidas. Una trabajadora de Amazon que se esconde bajo el nombre de Nuria cuenta en El Confidencial que no han llegado los palés con las ofertas del Black Friday al centro de San Fernando de Henares. El año pasado, por esta época, estaban en una posición estratégica, para dar salida a los productos mucho más rápido, pero apenas a un par de días del Black Friday, no hay ni un solo palé que recuerde a los empleados de la planta que estamos ante una de las jornadas comerciales más importantes del año.
Esta empleada deduce que Amazon está desviando la mercancía, algo que ya hizo con la anterior huelga del Prime Day. Tienen otros almacenes que pueden servirles, así que esta será su manera de silenciar la lucha que desde hace meses están librando los trabajadores de San Fernando.
Un pulso demasiado largo y agotador
La plantilla de San Fernando de Henares llevará, con los dos días de huelga (el viernes y el sábado) siete jornadas de paro en su calendario laboral de 2018. Y la cosa va para largo. La que puede considerarse una de las plantas más importantes del país tiene un grave problema: sus trabajadores vieron caducar el convenio a finales de 2016 y la negociación que se llevó a cabo para diseñar el nuevo convenio no llegó a buen término.
Tanto es así que el pasado 1 de abril se implantó el convenio sectorial de forma unilateral. Fue así como la primera huelga fue respaldada por el 95% de la plantilla y lo hicieron también en julio, durante los tres días del Prime Day. Los empleados están dispuestos a seguir adelante con la propuesta, porque lo cierto es que la empresa no ha querido dar su brazo a torcer ni tan siquiera un milímetro.
Bajo la opinión de los trabajadores, Amazon juega a una guerra de desgaste. Y es que tiene tanta capacidad que puede mover la mercancía de un centro a otro, para que de este modo el cliente no note nada. O casi. Es muy probable que durante este Black Friday los compradores de Amazon no noten nada, porque las plantas de Barcelona y de Getafe harán el trabajo de la de San Fernando. Y es así como el conflicto corre el serio riesgo de ser silenciado.
Acusaciones de amenazas veladas
Varios trabajadores que se esconden bajo el anonimato por miedo a represalias cuentan en El Confidencial que han sufrido las consecuencias de ir a la huelga. Si bien entraron en unas condiciones más que aceptables, cuentan, poco a poco vieron como el nuevo convenio echaba por tierra sus derechos. Y fue así como decidieron unirse a la huelga.
Algunos, cuentan, han sido castigados con cambios de departamento y han soportado comentarios de sus superiores, por haber pedido reducciones de jornada para cuidar a los hijos, por ejemplo. Una de las trabajadores comenta que la monitorización es continua y controlan el rendimiento al milímetro. Y aunque estén dispuestos a aceptarlo, es evidente que cuando te quitan determinados beneficios que te habían ofrecido al principio, lo normal es sentirse estafado.
Con el nuevo convenio, por ejemplo, se ha eliminado el día de asuntos propios y también la categoría T2 (que daba a los trabajadores opciones para ascender), se ha reducido el precio de las horas extra y hasta se han añadido jornadas de nueve horas cuando hay picos de trabajo, como el que se dará en los próximos días con el Black Friday y el resto de jornadas comerciales.
