Mi experiencia con el Google Pixel 3 XL tras un mes de uso

El Pixel 3 XL es el nuevo móvil bandera de Google. Un terminal que quiere convertirse en el referente de todo el potencial que ofrece Android, y de paso el ecosistema de la compañía del buscador. Un equipo con una lista de especificaciones propia de los terminales más punteros, pero que además quiere dar guerra en dos aspectos clave: la cámara y la personalización.

En el primer caso hablamos de un objetivo principal único (no hay rastro de cámaras dobles) que incluye todo el saber hacer de Google en inteligencia artificial. Y en el segundo, el asistente de Google está más integrado que nunca para que podamos interactuar con nuestro móvil a través de la voz. ¿Suficiente para hacer frente a un Samsung Galaxy Note 9 o un Huawei Mate 20 Pro? He tenido la oportunidad de usar durante un mes el Google Pixel 3 XL como móvil principal. Estas son mis conclusiones de este terminal, que tiene el nada desdeñable coste de 1.050 euros para la versión con 128 GB de memoria interna.

 

Ficha técnica del Google Pixel 3XL

Pantalla 6,3 pulgadas, QHD+ de 1440 x 2960 pí­xeles (2K), 18,5:9 OLED, compatible con HDR
Cámara principal 12 megapí­xeles, f/1.8, ví­deo 4K, OIS en vídeo e imagen, Dual Pixel PDAF, píxeles de 1,4um
Cámara para selfies 8 megapí­xeles, f/1,8, ví­deo Full HD, 8 megapíxeles cámara secundaria con gran angular f/2.2
Memoria interna 64 GB/128GB
Ampliación Servicios en la nube (Google Drive, Google Fotos, etc.)
Procesador y memoria RAM Qualcomm Snapdragon 845 (4 núcleos a 2,5 GHz y 4 núcleos a 1,6 GHz), 4 GB de RAM, Adreno 630
Baterí­a 3430 mAh, carga rápida
Sistema operativo Android 9.0 Pie
Conexiones BT 5.0, GPS, USB de tipo C, NFC
SIM nanoSIM
Diseño Cristal y metal, certificado IP68, lector de huellas dactilares, carga inalámbrica
Dimensiones 158 x 76.6 x 7.9 milí­metros, 184 gramos
Funciones destacadas Asistente inteligente de Google, Siempre escuchando, Pantalla siempre encendida (Always On Display)
Fecha de lanzamiento Disponible
Precio 1050 euros para la versión de 128 GB y 950 euros para la versión de 64 GB

 

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El Google Pixel 3 XL tiene una sola cámara en la parte trasera

La cámara… ¿Es para tanto?

Esa es una muy buena pregunta. El Google Pixel 3 XL tiene fama de ser uno de los móviles con mejor cámara del mercado, y para muchos especialistas el mejor. Algo que probablemente no pensarías si te centras de forma exclusiva en sus características técnicas. Hablamos de una sola lente con una resolución de 12 megapíxeles y apertura de f/1.8. Un buen valor aunque no al nivel de un Note 9 o un Mate 20 Pro, que usan lentes más luminosas.

Sí que cuenta con unos píxeles de gran tamaño. Sus 1,4um les permiten captar mayor información que un píxel de tamaño estándar. A nivel práctico, podríamos decir que su resolución está más cerca de los 18 megapíxeles reales por este nivel de detalle. También cuenta con un doble autoenfoque de tipo PDAF para enfocar las escenas de forma más efectiva.

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Muestra de la interfaz de cámara del Pixel 3 XL

Pero fuera de estos datos la verdad es que palidece un poco sobre el papel frente a otros terminales top. ¿Dónde está el secreto? En el procesado de imagen que hace la cámara. Desde el principio se nota la experiencia de Google en la inteligencia artificial aplicada a la imagen. Por ejemplo, el Google Pixel 3 XL es el móvil que mejor modo bokeh consigue de todos los que he probado hasta la fecha. Y lo hace sin necesidad de un segundo objetivo para gestionar la profundidad de la escena.

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El resultado son fotos que parecen sacadas de una cámara profesional. Es cierto que en alguna ocasión puede fallar a la hora de analizar el espacio, pero igual es una de cada diez veces. El modo retrato es el caramelo del Google Pixel 3 XL.

Pero esta experiencia también se nota en otro tipo de fotos. Por ejemplo, a la hora de aplicar el zoom. La nitidez de las imágenes es notable, gracias a la capacidad de eliminar el ruido a través de la inteligencia artificial. Y otro tanto ocurre cuando nos enfrentamos a las fotos nocturnas. Eso sí, en este punto no nos parece que llegue al nivel de sus principales rivales. Donde sí nos parece que hace un excelente trabajo es en el vídeo, ya que es capaz de mantener mucha nitidez a pesar de hacer zoom, algo que no podemos decir de otros terminales que se sitúan en el mismo rango de precio. También me ha gustado mucho el tratamiento de las fotos en aquellas escenas en las que haya bastante contraste. Por ejemplo, en una foto realizada en un día nublado. Los elementos que quedan a contraluz (como por ejemplo un rostro) aparecen bastante nítidos en la mayoría de casos.

Personalmente, he echado de menos alguna que otra función que sí está presente en otros topes de gama como la súper cámara lenta. Lo que sí tenemos son distintos personajes que podemos introducir a través de la realidad aumentada. De este modo, nos podremos encontrar interactuando con Iron Man, una hamburguesa o incluso un perro animado en mitad del salón de casa.

La cámara delantera, también a gran nivel

La cámara delantera del Google Pixel 3 XL sí que incluye un doble objetivo, los dos con una resolución de 8 megapíxeles. El gran atractivo de esta cámara es que el segundo objetivo es gran angular, de modo que podemos «abrir» la escena para mejorar las selfies de grupo. También es una opción muy interesante si nos queremos fotografiar con un edificio grande o un paisaje detrás. Me gusta mucho como ha llevado a la práctica Google esta doble cámara, ya que para cambiar entre una y otra basta con pinzar la pantalla con dos dedos para hacer zoom. El cambio entre un objetivo y otro resulta evidente, pero el hecho de mantener un control unificado hace mucho para dar una mayor sensación de unidad y facilidad de uso.

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Interfaz de la cámara delantera del Google Pixel 3 XL

Al igual que en el caso de la cámara principal, el procesado de la imagen a posteriori es clave. La inteligencia artificial de Google trabaja para mejorar la imagen de forma automática una vez la hayamos tomado. Y la diferencia es a veces francamente notable. Por ejemplo, a la hora de tomar un selfie en una habitación con mala luz vemos en un primer instante una escena con mucho ruido. Pero después de tomar la foto y abrirla el sistema de Google reduce el ruido y suaviza los contornos. Además, al contrario que en otras cámaras que «pintan» la imagen y enseguida se nota ese efecto de difuminado al hacer zoom, en la cámara del Google Pixel 3 XL este efecto es mucho menor.

No puedo dejar de preguntarme cómo sería de buena una cámara de Samsung, Huawei o iPhone si además se incluyera la tecnología de Google para procesar la imagen. Tengo la sospecha de que sería francamente impresionante y ojalá la compañía del buscador lleve su saber hacer a modelos de otras marcas en el futuro.

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La cámara delantera del Pixel 3 XL es doble con uno de los objetivos gran angular

Diseño resistente pero falta ese efecto «wow»

No os voy a engañar. El Google Pixel 3 XL no es uno de los móviles que enamoran en un primer vistazo. Y tampoco al segundo. Su aspecto recuerda poderosamente –al menos al principio– a los diseños con cobertura de plástico que eran tan populares en equipos baratos hace poco tiempo. Este efecto es muy evidente en el modelo en blanco, aunque no he podido ver de cerca el móvil en color negro para comprobar que sea distinto.

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La cobertura trasera del móvil da la impresión de ser plástico, pero es cristal

El secreto es que la parte trasera es de cristal, pero está tratada de tal forma que tiene un tacto suave al agarre y un aspecto más cercano al plástico. Está muy bien para acabar con las molestas huellas de los dedos por toda la trasera, pero no genera la sensación de estar ante un terminal premium. Lo que sí es cierto es que a largo plazo resulta agradable y una vez te acostumbras tiene sus ventajas. La comodidad en el agarre, el tacto y la resistencia son puntos fuertes. De hecho, durante su uso tuve un accidente y en la caída apenas quedó una marca imperceptible en la trasera (me temí lo peor).

Otro de los aspectos que se han criticado mucho del Pixel 3 XL es su ceja. Sí, es de gran tamaño, bastante más que otros modelos de la competencia. Sin embargo, no me ha resultado tan molesto como esperaba. De hecho, al poco tiempo de usarlo ya me había olvidado de que la ceja estaba ahí.

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La ceja del Google Pixel 3 XL es bastante evidente

Lo que sí he echado en falta en el diseño del Pixel son dos cosas: por un lado, no cuenta con un jack para auriculares. La solución de Google es bastante buena, porque por un lado se incluye un adaptador de USB tipo C a jack si queremos usar nuestros propios auriculares. Y por el otro tenemos la opción de usar los propios auriculares incluidos en la caja del Pixel, que dan un buen rendimiento y son bastante cómodos. ¿El problema? La autonomía no es el punto fuerte de este móvil, por lo que muchas veces me he tenido que debatir entre cargar el terminal o agotar su batería con los auriculares en los últimos momentos del día. Por ejemplo, de vez en cuando me gusta escuchar música a la hora de acostarme, pero en ese periodo la carga del móvil ya está en las últimas.

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El diseño del Google Pixel 3 XL es elegante, aunque falta ese efecto «wow»

Por el otro lado, tampoco cuenta con una ranura para tarjetas microSD. Es verdad que disfrutamos de 128 GB de memoria interna para guardar nuestros archivos en la configuración más potente, pero en mi trabajo me viene muy bien la opción de poder insertar una tarjeta de este tipo y llevarme mis archivos de un móvil a otro sin tanto rodeo.

El Google Pixel 3 XL tiene un peso medio de 184 gramos (no resulta pesado ni incómodo en el agarre) y un grosor de 7,9 milimetros, que le coloca al nivel de otros terminales de primera línea.

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En definitiva, estamos ante un móvil con un diseño que no llama especialmente la atención, pero que está bien construido y cumple con el día a día. Claro que son características más propias de un gama media, ya que se espera que los terminales de gama alta tengan un plus de atractivo.

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El stand del Pixel 3 XL es del mismo color blanco y tiene un tacto suave

Un stand para que el móvil te arrulle por las noches

A pesar de que el diseño no acompaña, Google si ha querido crear accesorios exclusivos para aprovechar todas las capacidades del Google Pixel. El más interesante es el stand, que cuesta 80 euros y es capaz de cargar de forma inalámbrica el móvil. Basta con que lo apoyes sobre el soporte y empezará la carga. Por cierto, hay que decir que es carga rápida, por lo que no tendrás que dejarlo durante muchas horas para que recargue la batería.

La gracia de este stand es que una vez colocas el móvil el asistente de Google hace su aparición. Puedes interactuar con la voz y tiene modos específicos para la noche y el despertar. En concreto, al darle las buenas noches te preguntará la hora a la que quieres que ponga la alarma y te ayudará a dormir con ruido ambiente (que suena durante una hora). Estos sonidos se pueden configurar entre varias opciones que ofrece el asistente. Y a la hora de despertarte podrás hacerlo con una luz progresiva y después escuchar las noticias del día con el comando «Buenos días».

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Aquí se puede apreciar mejor lo grande que es la ceja

Además, cuando dejas el móvil se activa un salvapantallas con una presentación de las fotos del terminal, como uno de esos marcos digitales que tanta popularidad tuvieron durante un breve periodo de tiempo.

Me ha parecido muy cómoda la opción de dejar el móvil en el stand al sentarme a trabajar y tenerlo cargando o visualizar las últimas notificaciones teniendo el equipo en posición vertical. Ahora bien, ¿pagaría 80 euros por este accesorio? Probablemente no. Aunque ofrece algunas ventajas, no me ha parecido que sean determinantes para realizar esta inversión.

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Pantalla siempre encendida en el Google Pixel 3 XL

Funciones propias

Además de los accesorios, la compañía del buscador también nos ha querido dejar algunas características exclusivas para los Google Pixel 3 y Google Pixel 3 XL. Es evidente que en este campo va a tener mucha relevancia el asistente de Google. De hecho, además del mítico «Ok, Google» que puede funcionar incluso con la pantalla apagada, también podemos abrir el asistente presionando con la mano los dos lados del móvil. Algo así como apretar una pelota antiestrés. Este gesto se puede configurar para cambiar el grado de presión con el que llega a saltar el asistente. Me ha parecido una idea muy interesante si vas a utilizar a menudo este asistente.

Por otra parte, quizás la función que más gracia me ha hecho es la de «Está sonando». Una vez la actives, el micrófono del móvil captará el sonido ambiente para analizar cuál es la canción que está sonando en ese momento. Puedes tenerlo funcionando incluso con la pantalla del teléfono apagada. Es evidente que esta función puede despertar recelos, ya que supone darle a Google la libertad expresa de escuchar en todo momento. Sinceramente, soy de los que piensan que a estas alturas si nos quieren escuchar el consentimiento no supone una gran diferencia.

En cuanto a su propio funcionamiento, hay que decir que tarda en captar la canción, así que no es una solución rápida como Shazam si estamos escuchando un trozo de una canción y queremos saber el título. No obstante, ha sido capaz de identificar canciones incluso estando en mi bolsillo con el volumen de la música bastante bajo.

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El Google Pixel 3 XL es de los primeros móviles en contar con la nueva versión Android 9 Pie. Quizás la novedad que más me ha gustado es el cambio rápido entre las dos aplicaciones más recientes haciendo un gesto lateral en el botón de inicio. A lo que no me he terminado de acostumbrar es al menú para cambiar de aplicaciones. En principio, este menú se abre arrastrando el dedo de abajo arriba en el botón táctil de inicio. También podemos presionar el dedo en el botón de inicio y luego moverlo como si se tratara de una barra lateral. Personalmente, no me parecen movimientos intuitivos y tampoco demasiado sencillos. Antes bastaba con apretar un botón y ahora hay que andar haciendo malabares con el inicio. Creo que se trata de un paso atrás en la interfaz de Android aunque sea una solución curiosa.

Por cierto, no podía terminar este apartado sin tratar una función que no es propia de Google, pero que resulta realmente útil. Hablo de la pantalla siempre encendida que ha heredado el Pixel de los móviles Samsung y LG, y bastante antes del Moto X (gracias a la aportación de Sergio al respecto). Esta función nos permite ver la hora y los iconos de las notificaciones con la pantalla apagada. Gracias a eso, se reduce el número de veces en el que cogemos el móvil y encendemos la pantalla solo para ver si tenemos un nuevo mensaje de WhatsApp.

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Muestra de la pantalla OLED del Google Pixel 3 XL

Pantalla OLED de buena calidad

Dentro del campo de la pantalla Google ha sabido apostar por el caballo ganador de los paneles OLED. Esta tecnología es más interesante que la LCD por sus mayores niveles de brillo, colores más vibrantes y por su menor consumo de energía. En el caso del Pixel 3 XL, hablamos de un panel con un tamaño de 6,3 pulgadas con resolución Quad HD+. Como es habitual en los últimos tiempos, apuesta por un formato más alargado de lo habitual para poder aprovechar mejor el espacio del frontal y casi no cuenta con marcos. Su ceja, como expliqué antes, es grande, pero no me ha parecido tan problemática.

Lo que sí he echado en falta son las curvas en los laterales de la pantalla. La verdad es que en modelos como el Samsung Galaxy Note 9 o el Huawei P20 Pro generan una sensación más envolvente al ver vídeos y películas, además de darle un toque distinguido. Por el lado positivo, si en algún momento se te astilla la pantalla podrás cambiarla sin tener que gastar tanto dinero, uno de los principales peros de los paneles curvos.

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Vídeo de YouTube en el Pixel 3 XL

Procesador y memoria

En las entrañas del Google Pixel 3 XL encontramos un conjunto técnico propio de la gama alta. Empezando por su procesador, un Qualcomm Snapdragon 845 con cuatro núcleos a 2,5 GHz y otros cuatro núcleos a 1,6 GHz. La memoria RAM es de 4 GB. En mi experiencia, no he tenido problemas de fluidez en ningún momento. Eso sí, también hay que reconocer que Google se podría haber estirado hasta los 6 GB de RAM para igualarse con otras propuestas top de marcas como Samsung, Huawei, Xiaomi…

La memoria interna puede ser de 64 GB o de 128 GB. La primera opción me parece corta si tienes en cuenta que no incluye una ranura para una tarjeta microSD adicional. Al final, el uso de la cámara para fotos y vídeo pueden hacer que con el paso de las semanas se nos agote el espacio disponible. Es cierto que con la compra del equipo contamos con espacio ilimitado para subir nuestras fotos y vídeos a Google Fotos, pero no me parece la solución ideal.

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Autonomía justa

Es junto al diseño el apartado de este móvil que más dudas me ha generado. El Google Pixel 3 XL incorpora una batería de 3.430 miliamperios. Se trata de una capacidad bastante inferior de la que podemos encontrar en móviles con una pantalla similar como el Note 9 (4.000 miliamperios) o el Huawei P20 Pro (4.200 miliamperios). Y eso se nota enseguida en el día a día. La mayor parte de las veces he podido usar sin problemas el equipo durante una jornada laboral, pero rara ha sido la ocasión en que no he recargado al menos un rato el móvil al llegar a casa para que me aguante hasta la noche. Además, cuando tenemos que darle un uso muy intensivo al equipo como a la hora de hacer fotos o vídeo es recomendable tener a mano una powerbank en caso de necesidad.

Sin duda, es un apartado que podría mejorar y que hay que tener en cuenta si vas a usar el móvil habitualmente en desplazamientos y viajes largos.

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Conexiones y sonido

Dentro del campo de las conexiones, contamos con el conjunto típico de un terminal de gama alta. Eso incluye, por supuesto, el estándar WiFi AC para poder navegar más rápido y estable a través del ancho de banda de 5 GHz. También incluye tecnología MIMO, pensada para que el router pueda localizar el dispositivo conectado y potenciar la señal en esa dirección. Otras conexiones disponibles son Bluetooth en su versión 5.0 para conectar varios periféricos al mismo tiempo o NFC para llevar a cabo pagos con el móvil.

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El altavoz del Pixel deja mucho que desear

En el apartado del sonido, he tenido sensaciones encontradas. Los auriculares incluidos con la caja del Google Pixel 3 XL nos permiten escuchar música en alta fidelidad de 24 bit. A pesar de que son un poco raros por el uso de una tira del propio cable para encajarlos en la oreja, después resultan bastante cómodos. Y cuentan con funciones extra para aprovechar el asistente de Google. Por ejemplo, podemos hacer que el asistente nos lea el último mensaje que acabamos de recibir a través de Gmail. Más interesante aún es su integración con el Traductor de Google. En este caso, podemos configurar un idioma y hablar directamente a través del auricular para que el asistente diga la frase traducida en voz alta. Lo cierto es que funciona bastante bien para una conversación típica aunque se puede perder un poco si buscamos algo más específico.

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Frase traducida con Google a través de los auriculares

No obstante, la buena sensación que me he llevado con los auriculares no se corresponde con el rendimiento de los altavoces. Para mi, es la peor de las características del Pixel. El sonido resultante parece enlatado y de poca calidad, más propio de un terminal de gama media o baja. Sin ser un aspecto positivo, se nota mucho si por ejemplo quieres enseñar un vídeo a la panda de amigos o a la familia.

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Precio y opiniones

El Google Pixel 3 XL se puede encontrar por dos precios. La versión estándar con una memoria interna de 64 GB tiene un precio de 950 euros. En el caso de optar por los 128 GB, el coste sube hasta los 1.050 euros. Así las cosas, como este móvil no cuenta con ampliación a través de tarjeta microSD recomendaría optar por esta segunda opción.

En definitiva, contamos con un móvil que perfecciona y mejora lo que ya vemos en el Google Pixel 2. La clave sigue siendo su cámara principal, que nos ofrece unos resultados más que notables en diversas condiciones. Y todo ello gracias a la capacidad de procesado de imagen de la tecnología de Google. Lo más curioso del asunto es que cuando sacas la imagen puedes ver durante tres o cuatro segundos el resultado bruto hasta que la inteligencia artificial hace su trabajo. Y la diferencia en muchos casos es espectacular. Por supuesto, la joya de la corona es su modo retrato, que genera un efecto bokeh más atractivo que el de la inmensa mayoría de móviles con doble cámara.

Google-Pixel-3-XL conclusiones

Si te has hecho ya al asistente de voz de Google, este es el móvil perfecto para aprovechar todo su potencial. Y se agradece mucho la inclusión de auriculares propios en la caja. Por el lado negativo, hay que decir que el diseño carece de ese efecto «wow» que se espera en un terminal top, aunque con el tiempo gana enteros por su resistencia. También me ha dejado un sabor bastante amargo su batería (más escasa que la de la competencia) y el sonido de los altavoces.

Personalmente, me parece que este móvil sería un pelotazo si costara 200 euros menos. Pero al mismo precio que el Note 9 y Mate 20 Pro me parece que lo tiene muy difícil para triunfar. Claro que el objetivo de Google nunca ha sido convertirlo en un superventas, sino mostrar el potencial de la plataforma Android y sus propias tecnologías.

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