Hay quien atribuye a Einstein una frase bastante imaginativa con la que podremos estar o no de acuerdo pero que, sin duda, suena fuerte y contundente: ‘Solo hay dos cosas infinitas, la estupidez humana y el universo, y de lo segundo no estoy seguro’. Y no sabemos si es la estupidez, el ansia de likes, la vanidad intrínseca del ser humano o vaya usted a saber qué más razones puede tener una persona para poner su vida en juego por hacerse un selfie. Claro, no estamos hablando de un selfie en la playa, tumbados en la arena, o el selfie de tu último concierto con tu novio en aquel festival. Hablamos de situaciones de peligro.
Muerte por selfie, más preocupante de lo que parece
Un estudio publicado en el Journal of Family Medicine and Family Care se dedicó a analizar las posibles muertes por ‘selfie’ y llegaron a la conclusión de que habían sido nada menos que 259. 259 personas habían perdido la vida y un ‘selfie’ había rodeado las circunstancias de su muerte. Estas muertes han sido propiciadas por lo que algunos han venido a llamar el ‘selfie extremo’ que no es otra cosa que sacarse un selfie en lugares que puedan entrañar un riesgo para nuestra integridad física.
El estudio analiza las distintas causas principales de muerte en las que el selfie estuvo involucrado. En primer lugar se encuentra el ahogamiento (¿Hola, móviles con resistencia al agua?) seguidas por medios de transporte, caídas desde grandes alturas, fuego y electrocución. Estos ‘selficidas’ suelen tener alrededos de los 23 años y en un 81% son de sexo masculino.
¿Cuál podría ser la solución a que acabasen estas’ muertes por selfie’? Muchos aseguran que un buen método para disuadir a la población y evitar estos ‘selficidios’ pasa por colocar señales de prohibición, como las de tráfico, que adviertan del peligro. ¿Cuántos, como puro acti de rebeldía, no intentarían hacerse un selfie con el cartel de fondo, como bien advierten en The Next Web? ¿No sería más adecuado educar a los jóvenes en un uso racional e inteligente los selfies? Se trata, simplemente, de saber estar, y saber cuándo uno puede hacerse un selfie y cuando no. Aunque, si alguien es capaz de hacerse un selfie en una vía de tren cuando éste está a punto de llegar, ¿podrá ser convencido de que se trata de una mala idea?
