5 aplicaciones del grafeno que ya son una realidad

El grafeno es una lámina de carbono de un espesor mínimo (un átomo) con propiedades únicas. Tiene una estructura cristalina hexagonal monocapa y realmente es la base del grafito. Pero es 200 veces más resistente que el acero y cinco veces más ligero que el aluminio. Las propiedades eléctricas o térmicas únicas del grafeno lo hacen atractivo para muchos usos, pero la mayoría todavía son proyectos. Lo más esperado y que en poco tiempo llegará a la fabricación en masa, será su uso para tener mejores baterías y pantallas táctiles flexibles. Pero existen ya algunas aplicaciones prácticas de este material revolucionario…

Tinta conductora

La empresa americana Vorbeck fue de las primeras en desarrollar aplicaciones de grafeno. Una de las más llamativas fue la tinta conductora y otros recubrimientos. Gracias a las propiedades del grafeno, estas tintas ofrecen las propiedades de una capa del mágico material. Esto tiene múltiples aplicaciones para la industria, relacionados con la realización de circuitos electŕonicos ultraplanos.

La primera, y posiblemente fue la primera aplicación práctica y real del grafeno, fue en etiquetas de seguridad. En lugar de los aparatosos sensores que usan muchas tiendas, Siren Technology desarrolló etiquetas inteligentes. Son aparentemente normales pero gracias al grafeno cuentan con un circuito impreso (nunca mejor dicho al ser tinta). Pueden arrugarse o doblarse sin dañarse y el coste es muy bajo, de céntimos por etiqueta. Se adjunta un pequeño módulo a la etiqueta con una alarma que suena si se manipula, o se sale del local sin desconexión segura.

Raquetas, zapatilla o cascos

¿Zapatillas de grafeno? Pues sí, aunque en este caso no se trata de usarlo puro sino de materiales compuestos que lo aprovechan parcialmente, combinado. La española Catlike tiene cascos para bici reforzados con grafeno desde hace unos años, y varias zapatillas que lo usan entre sus materiales.
Es posible que hayas visto unas raquetas Head “de grafeno”: lo usan en parte para la fórmula del material de base. También algo parecido ocurre con otras piezas: en bicis, llantas (Vittoria) o el cuadro, o en cañas de pescar también. Se usa hasta un 1 por ciento de lámina de grafeno intercalada con fibra de carbono. Así se obtiene hasta un 50 por ciento más de rigidez y mejor resistencia a la temperatura que el material plástico.

Discos duros y memorias

El año pasado Team Group, que fabrica memorias para ordenadores, anunció sus nuevos discos duros SSD T-Force Cardea Zero. Estos SSD PCI-E llevan sus chips recubiertos por una lámina externa de cobre y grafeno. La lámina actúa como disipador de calor para los delicados chips de la placa del SSD. Gracias a la conductividad del calor del grafeno, permite que disipen más calor sin necesitar espacio apenas (una lámina), ya sea de forma pasiva o activa (con ventilador). El truco está en cómo combinan capas de cobre y grafeno, y es algo que han patentado.

Sensores médicos

Una de las ventajas del grafeno es su capacidad para detectar cantidades mínimas de sustancias. Incluso una sola molécula en un volumen grande. Tras desarrollar estas propiedades con óxido de grafeno hay varias empresas médicas que ya venden sus sensores. Biolin Scientific (basada en Suecia) por ejemplo tiene su sensor Q-Sense GO que permite detectar diferentes sustancias: se usa en diagnosis médica pero también para estudios medioambientales o de seguridad. Este sensor lo ha desarrollado en España el Institut Catalá de Nanociencia, otro ejemplo de nuestra vanguardia en este tema.

Altavoces y auriculares

Un altavoz convierte electricidad en sonido haciendo vibrar una membrana en el aire. El grafeno no sólo puede usarse para tener una membrana de peso ínfimo y gran rigidez, sino que al ser conductor puede actuar como bobina y no necesitar casi componentes. Mientras los altavoces de grafeno nos llegan, sí hay algunas aplicaciones: los auriculares Fiio F3 usan un pequeño diafragma reforzado con grafeno. También esa técnica usan los Zolo Liberty, iBasso IT01, y hay otros.