Cómo ver la lluvia de estrellas de Perseidas y por qué ocurre

¿Has visto alguna vez una lí­nea brillante en el cielo de noche? Las llamamos “estrellas fugaces” pero no son realmente estrellas. Las estrellas están lejos, muy lejos nuestro, a años luz (salvo el Sol, un poco más cerca). Estas lí­neas brillantes las describen objetos que atraviesan la atmósfera. Están a un centenar de kilómetros sobre nuestra cabeza. Pero desde el suelo las confundimos con las demás luces. Casi todas sí­ son estrellas y están mucho más lejos.

Esos objetos que atraviesan las capas altas de la atmósfera suelen ser pequeños meteoritos o polvo cósmico. Se encienden por la fricción y brillan. Este polvo procede de cometas que orbitan al Sol. El “viento solar” y la influencia de otros planetas desprende material que forma una estela. Y cuando la Tierra atraviesa una de estas estelas, ese polvo brilla al quemarse en la atmósfera. Ése es el origen real de las llamativas estrellas fugaces: cada año en agosto tenemos unas muy especiales por su intensidad.

La cola de un gran cometa

Las “lágrimas de San Lorenzo” (porque el 10 de agosto es ese Santo) o Perseidas podrí­an llamarse de otro modo. Son los restos (cola) de un gran cometa, el Swift-Tuttle, de unos 26 km de diámetro y cuya órbita pasa cerca nuestro cada 133 años. Pero deja tal cantidad de residuos en su trayectoria, que cuando La Tierra la atraviesa cada año en su órbita alrededor del Sol se produce el espectáculo. Desde donde nosotros miramos esa lluvia parece proceder del mismo sector donde está la constelación Perseo.

Por eso se llaman así­… pero alguien que lo viera desde el espacio sólo observarí­a a nuestro planeta atravesando una nube de polvo. Qué poco romanticismo nos deja a veces la ciencia. Pero da la casualidad que, desde el hemisferio norte, en verano la Tierra atraviesa en estas fechas la cola del cometa Swift-Tuttle, y por eso es habitual que en torno al 10-12 de agosto esté de actualidad.

Como este fenómeno ocurre en verano, hay más posibilidades que el cielo esté descubierto. Y también el clima ayuda a que haya gente despierta por la noche ,y lo puedan observar. Por eso es algo conocido desde muy antiguo: desde hace algo más de dos mil años se tiene constancia de su observación en China. En la Edad Media fueron observadas varios años con intensidad en la fecha en que se recodaba a San Lorenzo, quemado en la hoguera por cristiano. De ahí­ vino el nombre de “lágrimas de San Lorenzo”, al creer que el Santo lloraba lágrimas de fuego en el cielo.

Dos por minuto

Fue en el siglo XIX cuando un astrónomo belga identificó el ciclo de estas lluvias de meteoritos. Y observó que siempre se localizaban en la zona del cielo correspondiente a Perseo… de donde su nombre: “Perseidas”. Realmente la nube del cometa es tan grande que es posible observar luces desde mitad de julio hasta cerca de final de agosto. Pero como decí­amos el máximo suele estar en torno al 10 hasta el 13 de agosto. Este año, se calcula que la noche del 12 al 13 será la de mayor observación: el pico será a las cinco de la tarde del dí­a 12.

Y se verán muchas. Estos meteoritos se han hecho famosos con razón: en promedio durante las fechas de más actividad rondan los 100 impactos por hora. Es decir que podrí­amos ver casi dos estrellas fugaces por minuto. Son la tercera lluvia de estrellas más activa del año. Las otras dos no la ganan en mucho y ocurren en invierno, mucho menos visibles. Y a veces ha sido más activa todaví­a: la última visita del cometa Swift Tuttle (descubierto en 1862 por esos dos cientí­ficos) fue en 1992 y el año siguiente se contabilizaron 300 impactos por hora. Es decir, cinco estrellas fugaces por minuto. Además los objetos de las Perseidas impactan rápido con la atmósfera, a unos 212.000 km/h (son 59 km/segundo). Por eso se iluminan mucho aunque sean pequeños fragmentos.

Cómo ver las Perseidas

Aléjate de cualquier población: necesitas tener mucho cielo a la vista (sin edificios altos) y sobre todo necesitas oscuridad. Aunque las Perseidas son a veces muy luminosas, es fácil que su luz en el cielo pase desapercibida si estás rodeado de mucha luz ambiental. Este año tenemos la pega de una luna llena reciente, en cuarto menguante. Eso no ayuda ya que la luz de la luna enmascarará los meteoros menos brillantes. Aunque haya unas 100 a la hora, seguramente se verá la mitad, es decir una por minuto de media.

Vete pues de la civilización, apaga las luces cercanas, túmbate, abrí­gate, y descansa la vista en el cielo estrellado evitando mirar hacia la luna. Es posible que necesites más de 15 minutos para que tus ojos se acostumbren del todo a la oscuridad: relájate. Después, no tardarás en ver las primeras Perseidas trazando luces en el cielo. No necesitas un telescopio ni prismáticos. De hecho, es mejor mirar con el ojo desnudo para abarcar el mayor campo de visión posible. La cámara de un móvil, al ser muy angular, puede ser útil para grabar algunos episodios. Puedes poner el móvil en un apoyo fijo o un trí­pode y grabar secuencias de varios minutos, para seleccionar después las que hayan pillado luces espectaculares.

Google Sky Map

Además de por su cámara, el móvil puede sernos muy útil. Pero cuidado con tener la pantalla con mucho brillo o nuestros ojos no terminarán de acostumbrarse a la oscuridad. Un programa que si no conoces ya estás tardando en descargar es Sky Map de Google, nos tememos que sólo para Android. Estas noches de agosto tener el programa en el móvil te servirá para dirigir la mirada hacia donde es más probable que haya estrellas fugaces.

Una vez instalado, Sky Map calibra la brújula de tu móvil (basta moverlo como indica). A partir de ahí­ y con el GPS él sabe dónde estás y qué puedes estar viendo. En la pantalla te presenta las estrellas que ves y te indica cuáles son… ¡fácil! Puedes simplemente curiosear (recomendado) o puedes preguntar directamente por algún objeto celeste, ya sea estrella, constelación o planeta. Estos dí­as la pregunta más habitual ya sabes cuál es: ¿dónde está Perseo? ¡Enví­anos tus fotos y ví­deos del cielo estrellado!