Dyson 360 Eye, lo hemos probado

El mundo de los robots de limpieza sigue avanzando paso a paso. Ya no solo son prácticamente autónomos. Ahora son capaces de detectar las manchas y apurar con mayor precisión y mejor resultado. Incluso se orientan mejor. Al menos ese es el nuevo estándar alcanzado por la compañí­a británica Dyson, que quiere empujar este mercado hacia adelante gracias a su primer robot aspirador. El Dyson 360 Eye ve más que otros robots de la competencia, apura mejor gracias a su cepillo con doble cerda y más alargado, y, además, suma toda su experiencia veterana y tecnologí­a puntera en aspiradores y purificadores de aire. Hemos probado varios dí­as este robot y esto es lo que nos ha parecido.

El robot aspirador que todo lo ve

Como su propio nombre indica, este Dyson 360 Eye destaca sobre el resto de robots de limpieza por contar con un ojo de 360 grados. Se trata de una cámara situada justo en el centro del robot, en su parte superior. Un gran angular u ojo de pez capaz de captar la imagen de todo el entorno del robot. 360 grados que cubren todo el espacio en el que se encuentra este dispositivo. Todo ello con una misión muy sencilla: saberse ubicado en todo momento.

Dyson asegura que esta cámara, que lo diferencia de otros robots, capta 30 imágenes por segundo para registrar la ubicación del robot en todo momento. Live Vision, que es como se llama la cámara, permite captar elementos del entorno como cuadros, estanterí­as o muebles para triangular la posición del robot. Así­, al moverse por la habitación, solo tiene que mantener dichas referencias del entorno para saber dónde está.

Esta cámara, junto a su procesador, permite crear toda clase de mapas virtuales en los que se registra por dónde ha pasado el robot. Así­, también puede saber qué es lo que queda por limpiar. Elementos que le hacen más eficiente y eficaz, ya que no  se deja partes de una habitación sin aspirar, ni se pierde constantemente.

El punto negativo de este sistema es que es necesario mantener todo estable para que la cámara y el procesador del Dyson 360 Eye detecte todo de la misma manera. Ello obliga a contar con un entorno iluminado para que la cámara capte todo de forma correcta y el robot no se pierda. Si el entorno es oscuro, este aspirador también cuenta con luces infrarrojas para ayudar a la cámara. El verdadero problema es si el entorno es cambiante o la luminosidad va y viene. Algo que puede hacer que el aspirador dé alguna vuelta de más al retirarse a su base. En cualquier caso, en nuestras pruebas, el Dyson 360 Eye ha sido autónomo y capaz, aunque le haya llevado más tiempo del normal llegar a la estación de carga.

Un robot tan potente como un aspirador al uso

Dyson nos tiene acostumbrados a constantes innovaciones en el mundo de la tecnologí­a del hogar e incluso de la belleza. Y este Dyson 360 Eye no es una excepción. En su interior encontramos la tecnologí­a ciclónica bien conocida de sus aspiradores. Eso sí­, adaptada a un tamaño reducido y compacto, pero que mantiene su capacidad de succión.

Dyson 360 Eye

El aire es atraí­do por el motor digital Dyson V2. Es capaz de moverse a 78.000 revoluciones por minuto, por lo que su pequeño tamaño no es problema para generar todo un potente canal de aire. Éste es succionado a través de los bajos del Dyson 360 Eye, a través del cepillo, y pasando por la tecnologí­a de ciclón de la compañí­a. Esto último consiste en ocho formas ciclónicas que consiguen redirigir el flujo de succión de forma que aumenta la potencia de aspirado. Todo ello de forma reducida y compacta.

Sin embargo, la eficacia de este robot aspirador no queda en entredicho. En nuestras pruebas la limpieza ha sido más que satisfactoria. Y desagradablemente sorprendente. Sobre una superficie que se antoja limpia y con lo que podrí­a considerarse poco polvo, este aspirador ha conseguido llenar el cubí­culo de toda clase de suciedad. Arenilla, polvo, fibras, migas, pelos”¦ Es aquí­ donde deja patente que cumple con su slogan publicitario y consigue una fuerza de succión que supera a la de cualquier otro robot aspirador del mercado. Claro que a ello ayuda otras partes de su anatomí­a como es su eficiente cepillo.

Un punto muy interesante y a favor de este Dyson 360 Eye es que no solo aspira la suciedad, también mejora la calidad del aire que procesa. De nuevo, la compañí­a ha utilizado sus filtros y tecnologí­a desarrollada durante años en aspiradores, ventiladores y purificadores de aire. Por ello, es capaz de captar los alérgenos y filtrar casi cualquier partí­cula del aire succionado. El resultado es un entorno más limpio, con un aire más puro que el que se respiraba.

Un tanque de la limpieza

El Dyson 360 Eye está construido para moverse sobre cualquier superficie. Y lo que es mejor, para cambiar de una a otra sin problemas. Esto es posible gracias a dos de sus elementos. El principal son sus ruedas. Éstas imitan a las ruedas de oruga de un tanque, por lo que no pierden tracción al encontrar una alfombra elevada. O al pasar a un suelo plano y liso como es el parqué. Su fuerza motora le permite escalar estos pequeños desniveles sin problemas, aunque no es apto para subir o bajar escaleras.

Por cierto, su fuerza de tracción no consigue tirar lámparas, focos y otras estructuras, a menos que sean endebles. Tras chocar contra un trí­pode o una lámpara de pie, el robot para automáticamente. No hay que olvidar que también cuenta con sensores de proximidad para conocer si está junto a un elemento para detener su avance. En algunos casos es necesario chocar levemente para que registre una pata o algún elemento que le impida seguir en esa dirección. Inmediatamente el robot reconstruye su ruta y continúa para evitarlo. Lo mismo ocurre con escalones y desniveles que también detecta con ayuda de sus sensores.

El otro elemento que le permite acabar con toda la suciedad con la que se encuentra es su cepillo. En él Dyson ha incorporado dos tipos de cerdas diferentes. Las de color negro están fabricadas en fibra de carbono, lo que las hace suaves y flexibles. Además son filamentos antiestáticos, por lo que el polvo no se pega a ellas y puede ser retirado de las superficies duras. Las fibras de color rojo, por su parte, son cerdas de nylon. Son más duras y permite arrancar la suciedad de las fibras. Por tanto, son capaces de limpiar en alfombras y otras superficies.

Hay que decir que este cepillo recorre el cuerpo del robot de lado a lado. Es decir, ocupa más superficie que el de otros aspiradores similares. Algo que se nota especialmente a la hora de apurar en las esquinas. Eso sí­, siguen existiendo rincones a los que este aparato no llega, ya sea cerca de muebles o en esquinas cerradas. Puntos ciegos en los que es necesario pasar la escoba para rematar el trabajo del robot. O apartar la suciedad de estos rincones primero para que el trabajo diario del Dyson 360 Eye acabe con ello allí­ donde sí­ llega.

Limpieza inteligente

En Dyson han pensado muy bien cómo debe limpiar este aspirador para no dejarse ninguna parte de la casa con polvo, migas o suciedad en el suelo. Y lo hace con cuadrados concéntricos. Empieza por un punto en el centro de la habitación, y comienza a dibujar cuadrados cada vez más grandes a partir de ese punto. Siempre mirando al entorno con su cámara de 360 grados.

Si se encuentra con un obstáculo en su camino, lo usa de referencia y continúa con su patrón. Así­ hasta haber recorrido toda la superficie. Siempre siendo consciente de haber recorrido todas las habitaciones gracias a las referencias visuales de que dispone.

El Dyson 360 Eye trabaja sin descanso hasta que su baterí­a comienza a flojear. Esto ocurre, aproximadamente, tras 45 minutos de trabajo en alta intensidad. Cuando está a punto de acabar la carga, pausa la limpieza y vuelve a la estación de carga automáticamente. Allí­ reposa y carga su baterí­a hasta poder acabar el trabajo. Todo ello sin que el usuario tenga que preocuparse de nada. Incluso cuando se pierde, aunque dé alguna vuelta de más, acaba encontrando el camino a la estación de forma autónoma y sin quedarse tirado por el camino. En nuestras pruebas nunca hemos tenido que levantar el robot del suelo y llevarlo a la estación.

Esta limpieza también es inteligente gracias a la aplicación móvil que lo acompaña: Dyson Link. No es imprescindible, pero resulta especialmente útil para programar los procesos de limpieza. Solo hay que llevar a cabo la configuración inicial, en la que se conecta el robot a la conexión WiFi del hogar. A partir de ese momento, y desde el móvil, es posible iniciar su trabajo, pausarlo o incluso mandarlo a la estación.

Junto a ello, la aplicación Dyson Link permite programar un calendario de limpieza diario. Basta con especificar qué dí­as y a qué horas se quieren limpiar los suelos. Del resto se encarga el robot aspirador.

Otro punto interesante de la aplicación Dyson Link es la de poder alternar entre los modos de limpieza. El Dyson 360 Link cuenta con dos opciones: Máximo o Económico. En el primero se ejerce toda la fuerza de succión de que dispone el aparato. Algo que le permite llevar a cabo un trabajo de casi una hora sin repostar energí­a y manteniendo un trabajo realmente potente. En el segundo se reduce la potencia de succión y se alarga la autonomí­a.

Hemos probado ambos modos en el mismo lugar: un hogar de unos 40 metros cuadrados hábiles, en los que habrí­a que descontar el espacio de algunos muebles. El modo de potencia máxima obliga al Dyson 360 Eye a repostar una vez en su tarea de limpieza. Algo que alarga el proceso total de aspirado a algo más de un par de horas. Siempre teniendo en cuenta que el robot es completamente autónomo. En cambio, en el modo Económico ha conseguido limpiar toda la superficie de una sola vez, reduciendo su labor a una hora de trabajo. Una opción ideal para el mantenimiento del hogar.

Un aspirador con todo el diseño de Dyson

Otra de las constantes de esta compañí­a de tecnologí­a es el excelente diseño con el que dota a sus productos. El Dyson 360 Eye cumple con creces en este aspecto. Luce como el resto de robots aspiradores, aunque con un aspecto algo más robusto y algo más alto. También es más pequeño de circunferencia, lo que le permite colarse entre algunos muebles (especialmente sillas) donde otros robots no llegan. Dyson ha creado una especie de tanque circular que parece llegado del futuro. A pesar de su aspecto es realmente manejable y cualquier persona podrí­a transportarlo sin problemas.

Además, es fácil de desmontar y limpiar. Por un lado tiene el contenedor, que se sitúa en el frontal, junto a los ciclones. Un botón permite soltar esta parte para retirar toda la suciedad directamente dentro de una bolsa de basura. Solo hay que limpiar el cajetí­n con agua y retirar los restos de suciedad del ciclón con un cepillo o un trapo seco.

Lo mismo ocurre con los filtros de entrada y de salida de aire del motor. Los asideros permitan retirar estas pequeñas piezas sin problema y limpiarlos bajo el grifo. Su forma y diseño hacen que sean fáciles y rápidos de colocar de nuevo en su lugar.

El único punto negativo que encontramos en este aspecto es el de la base de carga. Es realmente fina y sencilla, pero no parece casar con el diseño del producto. Seguramente sea por lucir los códigos de sus esquinas, que sirven de referencia para que el Dyson 360 Eye la encuentre. Sin embargo, en cuanto al diseño, es el punto más flojo de este producto.

Opiniones

Tras varios dí­as de limpieza, este robot ha conseguido sacarnos los colores. Y nos ha dejado en muy mal lugar como amos de casa. Sobre una casa que se suponí­a limpia, ha conseguido extraer todo un cajetí­n de polvo, fibras, pelos, migas y algún que otro trozo de palomita de maí­z que no se veí­a a simple vista. Y es que este aspirador es útil y efectivo incluso con el polvo que queda en el suelo.

Nos ha sorprendido su inteligencia. A pesar de que las habitaciones no tienen una forma cuadrada, el robot ha llevado a cabo la tarea sin problema. Incluso en una casa con una distribución peculiar funciona como debe. Tan solo se ha perdido en un par de ocasiones al volver de nuevo a la base. En esos momentos, ya con la succión apagada, ha dado tumbos durante más de 10 minutos hasta encontrar la forma de salir de debajo de la cama o para recorrer uno de los pasillos a lo largo y no a lo ancho. Eso sí­, siempre ha sido capaz de volver antes de que su baterí­a se agote y sin ayuda humana.

La única pega que se le puede achacar es el ruido de su motor y succión. Y es que asemeja al de un aspirador normal. Incluso en el modo económico el ruido sigue siendo bastante alto para un dispositivo de este tamaño. Pero claro, el poder de succión conlleva a cambio más ruido que otros robots más silenciosos. Aquí­ cada uno tendrá que decidir qué prefiere, si que el robot sea más silencioso o que limpie mejor.

Con todo ello, queda claro que es un robot eficaz en la limpieza. Repleto de tecnologí­a y de cualidades para marcar la diferencia con el resto de robots del mercado. Algo que se refleja en su precio, que alcanza los 1.000 euros. Un coste elevado para muchos bolsillos, pero justificado con la ingenierí­a y los resultados de este Dyson 360 Eye.