La cosa está que arde. Rusia y Estados Unidos no podían estar más tensas y Obama está tomando cartas en el asunto desde hace varias semanas. A finales del año pasado, el todavía presidente de los Estados Unidos Barack Obama, expulsó a un total de 35 diplomáticos rusos del país y sancionó a las agencias de inteligencia rusas. Corrían rumores de que se habían producido importantes ataques en la seguridad estadounidense. A todo esto hay que sumar el escándalo relacionado con los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata, aparentemente hackeados por un malware ruso bautizado como Grizzly Steppe. Ahora el Washington Post ha informado de que se acaba de localizar un nuevo código de malware ruso muy parecido al que ya se conocía, en esta ocasión en el portátil de una empresa pública de electricidad en Vermont.
Según explica este medio, el Burlington Electric Department está localizado en la ciudad y presta servicio a un total de 19.600 clientes. El senador de Vermont, Patrick Leahy, ha emitido un comunicado en el que no deja títere con cabeza y señala que la población se encuentra ante una amenaza potencialmente grave. Los expertos consideran que la presencia de malware ruso en el famoso ordenador no es más que un indicio de que los rusos tienen otros objetivos, en este caso centrados en el suministro eléctrico. Explica este representante político que las redes eléctricas atacadas alimentan a los hogares, pero también a los hospitales y otros servicios de emergencias. Un apagón en la red podría ser verdaderamente catastrófico en mitad del invierno. Estas son las sospechas del gobierno estadounidense, aunque lo cierto es que por muy descabellada que pueda parecer la idea, no van para nada desencaminados.
A finales de 2016, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, señaló directamente a los servicios de inteligencia rusos como responsables de la friolera de 6.500 ciberataques sufridos en apenas dos meses. El país ya está acostumbrado a esa clase de tretas. En diciembre de 2015, un malware procedente de Rusia dejó sin suministro eléctrico a un total de 225.000 ciudadanos, que se conectaban a la red eléctrica de tres compañías diferentes.
Las informaciones llegan justo ahora que Edward Snowden ha filtrado un documento en el que pretende probar que la NSA tiene evidencias de diferentes ataques fraguados por la inteligencia rusa. Además, según The Intercept, la NSA también tendría constancia de que la cuenta de correo electrónico de la periodista rusa Anna Politkovskaya habría sido atacada por los Servicios Federales de Inteligencia de Rusia un año antes de que esta fuera asesinada en 2006.
Por otra parte, si bien no está probado que Rusia haya intervenido en las elecciones de Estados Unidos, parece evidente que según esta información, las agencias de inteligencia de Estados Unidos podrían demostrarlo perfectamente con pruebas. Sea como sea y si nadie lo impide, el presidente electo Donald Trump jurará su cargo el próximo 20 de enero y ya no habrá nada que pueda remediarlo.
Vía: Quartz