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La seguridad de los más de 1.000 millones de usuarios es toda una prioridad para Facebook, la red social por excelencia, y para salvaguardarla hará lo que haga falta, incluso meterse en el fango. Desde fuera parece que las aguas estén tranquilas, y es cierto que no ha habido muchos escándalos de hackeos de cuentas de Facebook, pero eso no significa que tras la cortina no se esté luchando una guerra cruenta. El jefe de seguridad de Facebook, Alex Stamos, afirma que «aunque el sistema sea perfectamente seguro, todaví­a hay gente que puede salir perjudicada». Y es que hay algunos elementos que se escapan a la seguridad del propio software. Para Stamos, quien se incorporó al equipo de seguridad de Facebook en 2015 tras su paso por Yahoo, la principal amenaza en la red social no son tanto los virus o las rupturas de códigos hechas por hackers como las contraseñas débiles. «El robo de contraseñas es la principal causa de problemas en Internet», asegura. Sucesiones de números como «123456» o la fecha de nacimiento de la persona (también pública en el perfil) son contraseñas más comunes de lo que parece, y las más propicias a ser robadas en masa por hackers para luego ser revendidas en el mercado negro. Y ahí­ es donde Facebook se decide a actuar.

contraseñas

Una de las formas de mantener segura su propia red es introducirse en esos mercados y recomprar las contraseñas robadas para restablecerlas a sus dueños, sin que ellos tengan la menor noticia. Pero, ¿por qué querrí­a hacer Facebook esto, cuando podrí­a argumentar perfectamente que no es su problema,  que ellos proveen un servicio seguro y son los usuarios con sus contraseñas predecibles los que favorecen el hackeo? Sencillamente porque les vale la pena el tremendo esfuerzo informático de recabar la información y relocalizarla, ya que el resultado es la imagen de una red completamente segura, donde el usuario puede compartir sus intimidades, subir fotos y ví­deos personales y sentir que no van a estar siendo «cotilleados» por nadie más que por quien el propio usuario decida.

Facebook ya ofrece una serie de herramientas para hacer más segura la cuenta y la contraseña, proponiendo combinar mayúsculas con minúsculas, números y signos de puntuación, pero aún así­ nadie puede garantizar que el usuario decida seguir las recomendaciones del sitio. Según Stamos, pensar en esas personas que sigue «siendo nuestra responsabilidad«.

seguridad

Las contraseñas, cosa del pasado

Aunque los problemas de robo de contraseñas sean un asunto masivo que requiere atención por parte de Facebook, la tecnologí­a avanza bastante rápido como para que quede patente que las contraseñas se van a convertir en algo meramente testimonial, y en algunos casos lo son ya. Los lectores de huella dactilar, los escáneres de iris o la identificación ví­a selfie ya se aplican en infinidad de aplicaciones, no sólo móviles si no también en ordenadores, así­ que el proceso de hackeo de contraseñas se puede complicar para los piratas informáticos en un futuro muy cercano.

 

 

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