Durante un periodo de casi dos años, un hombre llamado Ryan Collins se dedicó a acceder ilegalmente a las cuentas personales de cientos de usuarios. Su modus operandi era bastante sencillo. Con una cuenta falsa, se ponía en contacto vía correo electrónica con sus víctimas y les pedía que por razones de seguridad debían de facilitar la contraseña de su cuenta. Todo un clásico de los timos por Internet en los que picaron un buen número de celebridades y artistas estadounidenses. Jennifer Lawrence, Ariana Grande, Kate Upton, Kim Kardashian, Rihanna, Scarlett Johansson, Mary Elizabeth Winstead y Kirsten Dunst fueron algunas de sus víctimas más notorias.
Una vez estas personas contestaron al señor Collins con la información que solicitaba, accedía de forma ilegal a las cuentas y se puso a robar imágenes así como información de carácter personal. Vídeos y fotos que luego procedió a publicar en Internet.
El pasado mes de mayo se celebró el juicio que quedó visto para sentencia en el que Collins se declaró culpable. En el día de ayer, un juzgado de la ciudad de Los íngeles dictó sentencia: 18 meses de cárcel por el robo y la difusión del material personal.
Diferentes países, diferentes casos, diferentes sentencias
Todos los temas relacionados con la vulneración de derechos digitales son tratados de forma muy diferente. Desde la protección jurídica a la firmeza de las sentencias varia notablemente de un país a otro. Pero también en función de las personas involucradas en este tipo de delitos.
Uno de los casos más flagrantes que han convulsionado al mundo en los últimos meses fue el de la joven italiana Tiziana Cantone. Una mujer de 31 que acabó con su vida después de que su exnovio iniciara una campaña cibernética para difundir un vídeo de contenido sexual que grabaron para un uso estrictamente privado. La denuncia de la joven llegó a un tribunal napolitano, donde había interpuesto una demanda a Google, YouTube, Yahoo y Facebook para que suprimieran el vídeo de sus servidores. El tribunal le dio la razón, pero la obligaba a pagar las costas del juicio (unos 20.000 euros), ya que el fallo señalaba que el vídeo había sido filmado con el consentimiento de la denunciante.
Como vemos, el caso es un calco al de las famosas actrices hollywoodienses: material de contenido sensual/sexual, robado por una tercera persona y difundido por la red.
Ante la crudeza de los hechos (la joven se mudó a la Toscana, se intentó cambiar de nombre, incluso vio cómo se hicieron camisetas con su historia de la que participaron incluso personajes famosos) y el notable impacto mediático de la noticia, la Fiscalía de Nápoles Norte ha abierto un sumario contra Francesco Greco, el responsable de toda esta campaña, expareja de Tiziana, por un presunto delito de inducción al suicidio.
Este es solo uno de los muchos casos que se han dado desde la proliferación de prácticas como el sexting. «Nunca podré recuperar esa foto. Estará ahí para siempre» escribió la joven canadiense Amanda Todd apenas una semana antes de quitarse la vida.