Reino Unido

El gobierno de Reino Unido se ha propuesto impedir el acceso de los menores de 18 años a los contenidos pornográficos por Internet, y para lograrlo quiere asignar a cada ciudadano un código numérico uno para ver porno en la Red.

Un código único e intransferible para acceder al porno en Internet

La propuesta del gobierno de Reino Unido se basa en la asignación de un código numérico único e intransferible para cada ciudadano mayor de edad del paí­s , de manera que la identificación servirí­a como garantí­a de verificación de la edad e impedirí­a el acceso de los menores de 18 años a los contenidos de este tipo.

Lógicamente, la idea ha causado gran revuelo en el paí­s, donde los ciudadanos temen por la protección de su privacidad porque, en cierto modo, una enorme base de datos en manos del gobierno registrarí­a toda la información sobre el consumo de contenidos de este tipo: horarios, búsquedas, localización del dispositivo donde se realiza la visualización, etc.

Por si este gran obstáculo no fuera suficiente para provocar indignación y preocupación, surge también la duda acerca del método utilizado para verificar la edad. La implantación de esta norma requerirí­a la creación de un gran control de acceso a nivel nacional, una especie de firewall del Reino Unido, capaz de comprobar la identidad de los usuarios que consumen ese tipo de contenidos en Internet. Y para esa verificación de la edad, una de las opciones posibles serí­a instalar una comprobación mediante algún método de pago personal (una tarjeta de crédito, por ejemplo).

Vigilancia

Por tanto, la base de datos de consumo de porno en Internet se convertirí­a también en una impresionante fuente de información para conocer datos bancarios de los consumidores de pornografí­a en Internet. No solo el gobierno controlarí­a una fuente de información de estas caracterí­sticas, sino que las bases de datos podrí­an convertirse en un objetivo prioritario para cibercriminales que quieran robar información personal (y para muchos, muy comprometida) para obtener beneficio con su venta o mediante extorsiones. Ante un robo así­, probablemente, el escándalo que se generó con la publicación de las listas de usuarios de Ashley Madison parecerí­a casi una broma insignificante.

Una propuesta muy polémica

Ante las reacciones de los usuarios, que han podido acceder a los borradores con las propuestas para implementar este código, el gobierno de Reino Unido ha intentado justificarse argumentando que existen procedimientos similares para evitar que los menores de edad puedan acceder fácilmente a la compra de armas por Internet.

La preocupación y las crí­ticas de los ciudadanos se han hecho notar en las redes sociales, pero también las ONG han dado un paso al frente y han emitido comunicados en los que condenan la insensatez de estas propuestas, que pueden tener graves consecuencias para la privacidad: datos bancarios, información sobre preferencias sexuales y hábitos de consumo de porno se convertirí­an en una peligrosí­sima catástrofe en caso de brechas de seguridad o ataques en la base de datos.

Además, como explican también las ONG, este tipo de medidas no suponen ninguna garantí­a real para la protección de los menores frente al consumo de pornografí­a: estos siempre encontrarán maneras para esquivar las barreras de seguridad, engañar al sistema o acceder a archivos pornográficos en servidores no identificados por el gobierno del paí­s como fuentes de contenidos para adultos.

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