El perfil que desarrollas con tus datos personales en Facebook es, en teoría, un reflejo de tu personalidad real, de tus verdaderos gustos y aficiones, y de tu comportamiento. Por eso, aunque la creación de un nuevo perfil con datos falsos ”“ya sea por experimentación, por anonimato online o por diversión”“ puede parecer un recurso bastante inocente, en realidad podría afectar a tu salud mental.
Según un estudio sobre comportamiento en redes sociales llevado a cabo en Australia, comportarse como otra persona distinta en redes sociales puede afectar a la salud mental de un modo bastante negativo.
Depresión, ansiedad y estrés por un perfil falso
Rachel Grieve y Jarrah Watkinson, investigadoras en la Universidad de Tasmania (Australia), han analizado varios parámetros relacionados con la personalidad y salud mental de 146 participantes. En el estudio, se pedía a estas personas resolver una serie de tests psicológicos desde su personalidad real, y después tenían que realizar las mismas tareas pero adoptando la personalidad que intentaban representar en redes sociales. Entre los participantes había gran variedad: desde los que representaban con absoluta fidelidad su forma de ser en Facebook hasta quienes utilizaban perfiles con personalidades totalmente inventadas.
Los resultados del estudio parecen indicar que los usuarios de Facebook que adoptan perfiles y personalidades falsas en la red social sufren, por lo general, de mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión en comparación con los que se reflejan con máxima fidelidad en sus perfiles en redes sociales. Además, las personas con perfiles falsos demostraron estar más necesitadas de atención.
Facebook vs. vida real: ¿un problema de distorsión?
Este no es ni mucho menos el primer estudio que se lleva a cabo sobre el comportamiento en redes sociales y las diferencias en el modo de representarnos y relacionarnos a través de ellas. En concreto, Facebook ha sido siempre uno de los principales focos de atención para los investigadores más interesados en este tema.
Los científicos han podido demostrar, por ejemplo, que las personas con más amigos en redes sociales no tienen en realidad más amigos «reales» que los demás, y que por tanto gran parte de nuestros contactos en Facebook son solo conocidos o personas con las que no tenemos un vínculo muy estrecho.
En cuanto a los perfiles y a la representación de nuestra personalidad online, Facebook y otras redes se han convertido en auténticos escaparates usados por responsables de contratación y todo tipo de profesionales para averiguar más detalles sobre una persona en concreto. Por ejemplo, en Estados Unidos han llegado a plantearse la posibilidad de espiar el perfil de Facebook de cualquiera que intente entrar en el país, pidiendo en el formulario de solicitud de visado los enlaces a todos los perfiles online que tengamos registrados (Twitter, Facebook, blogs, etc.).
Lo que sigue estando claro, por más estudios que se realicen, es que la información reflejada en redes sociales nunca será 100% acorde o fiel a la personalidad, ya que a menudo mostramos solo una faceta limitada, ocultamos datos o modificamos otros por diversos motivos.