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Si formulamos la pregunta «¿es posible viajar en el tiempo?», la respuesta es clara: sí­, es posible. Lo primero que tenemos que hacer para entender que los viajes en el tiempo existen es limpiar nuestra cabeza de toda esa parafernalia de ciencia-ficción en la que estamos pensando. Está claro que los viajes en el tiempo siempre han sido uno de los recursos más efectivos y utilizados en el cine y la literatura. Máquinas del tiempo, crononautas y visitas a nuestros antepasados son algunas de las figuras más utilizadas, pero los verdaderos viajes en el tiempo difieren mucho de todo ese circo.

Empecemos por diferenciar entre viajar al pasado y viajar al futuro ya que según lo que decidas tendrás diferentes teorí­as lo sostengan. Ninguna de las dos es imposible según las leyes fí­sicas, como bien explicó en los años cuarenta el lógico, matemático y filósofo austriaco-estadounidense Kut Gí¶del, pero viajar al futuro es más «sencillo» que viajar al pasado. La teorí­a de Gí¶del – amigo de Einstein, encuentra solución a las ecuaciones de la relatividad general de su colega. Hablamos de un universo que gira y que el tiempo está formado por una serie de curvas de tiempo cerradas que lo envuelven en un cí­rculo. Con esta teorí­a que humildemente hemos sintetizado a la mí­nima expresión, podrí­amos decir que se podrí­a llegar al pasado si se camina lo suficiente hacia el futuro, ya que siempre acabarí­amos volviendo al punto de partida. Otra teorí­a que sostiene que los viajes en el tiempo son posibles es la de los «agujeros de gusano». Dejemos claro que nunca se ha visto uno y no está demostrado que existan, aunque matemáticamente son posibles. Se llaman agujeros de gusano porque se asemejan a un gusano atravesando una manzana por dentro para pasar de un extremo a otro. Digamos que los agujeros de gusano son atajos existentes entre el binomio espacio-tiempo. Unen dos puntos distantes en un perí­odo menor que si se viajase a la velocidad de la luz. Según la teorí­a de la relatividad general de Einstein, los agujeros de gusano pueden existir y cuentan con una entrada y una salida en puntos distintos del espacio o del tiempo. Este paso entre ambos puntos también se denomina puente de Einstein-Rosen.

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El fí­sico inglés Stephen Hawking también sostiene que podemos desplazarnos en el espacio-tiempo a través de los agujeros de gusano y también aboga por los agujeros negros, que son, según Hawking, «como máquinas del tiempo naturales». Todas las teorí­as apuntan a los viajes al futuro como algo posible pero a los viajes al pasado como algo que se queda en eso, teorí­as. Teorí­as de las cuales surgen paradojas, como «la paradoja del abuelo» que plantea una hipotética situación en la que un individuo viaja al pasado y mata a su abuelo. En ese caso él mismo no existirí­a ni podrí­a viajar al pasado para matar su abuelo.

Para finalizar este breve resumen, si hablamos de alguien que ha probado en su propia piel viajar al futuro, nos vemos en la obligación de nombrar a Serguéi Krikaliov. Según la teorí­a de la relatividad, cuanto más rápido se mueve un objeto más lentamente pasa el tiempo para él. Según estos, los 803 dí­as en total que ha pasado el astronauta Krikaliov en el espacio, le han hecho 1/48 segundo más joven que si los hubiera pasado en la tierra.

 

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