Hace 50 años nació la cinta de casete. Un invento que permitía a todo el mundo grabar sus canciones y escucharlas en cualquier parte. Hoy sólo las encuentras en la gasolinera de la esquina. Eso sí. Con canciones de Camela. ¿Te queda alguna en la guantera del coche?
Que levante la mano quien no haya visto nunca una casete. Pues, aunque parezca mentira, esta cinta ha sido la reina de la pista durante más de 20 años.
Aquel invento de Philips nos puso en la mano, por primera vez en la historia, una cajita con nuestras canciones favoritas. Claro que estamos hablando de la prehistoria. 1963. 16 años después, los chicos de Sony metieron una de esas cintas en un walkman y, así, nació la música portátil.
En una casete podíamos grabar 90 minutos de música, 45 por cada cara. Sí, porque había Cara A y Cara B. Suena un poco a chiste. Pero, cuando estaba en pleno declive, en 1992, se vendieron más de 500 millones de cintas de casete en Europa.
Claro que, entonces, el CD era un recién nacido y el mp3 era ciencia ficción.