Los escándalos de famosos y celebridades desnudos es un tema recurrente en la prensa que siempre gusta a los lectores y espectadores. Y la tecnología actual parece ayudar a que estas situaciones de revelación de imágenes impúdicas se den más a menudo. Es el caso del reciente problema con el servicio iCloud de Apple y el ataque recibido por parte de un hacker que ha puesto al descubierto fotografías íntimas de una buena selección de actrices y famosos que han decidido jugar con su iPhone. Pero no son los únicos.
Según un estudio de Pew Research Center, el envío y recibo de fotos de carácter pornográfico es de lo más habitual entre los usuarios de teléfonos inteligentes. Algo que no sólo repercute en el público joven, donde el 44 por ciento de los adolescentes encuestados afirman haber enviado o recibido contenido sexualmente explícito, sino que es una práctica que parece seguir aumentando en todas las franjas de edad. Un dato que se hace más notable en el público joven al haber ascendido un 19 por ciento desde 2012.
Otro estudio, en este caso de la universidad Purdue, analiza las relaciones sociales y de pareja y cómo la tecnología repercute en ella. Un estudio que no deja de lado el fenómeno del sexting o envío de contenido pornográfico a través de mensajes. De entre sus datos se desprende que el 80 por ciento de los usuarios con 21 años han recibido o enviado alguna vez contenido de este tipo. Y aún más, el 46 por ciento afirma haber enviado un selfie, o autorretrato, mostrando partes íntimas de su cuerpo.
La firma de seguridad McAffe también tiene algo que decir al respecto del envío de fotografías y vídeos de contenido sexual. Y es que en una encuesta propia ha destacado que el 54 por ciento de los adultos afirma haber compartido detalles de su vida íntima a través de la tecnología móvil. Pero no sólo eso, además de compartirla también la almacena. En su caso, McAffe pone el acento en la inseguridad de las plataformas y servicios utilizados para el envío de estos contenidos, además de otros detalles como compartir contraseñas con parejas. Lo cual puede acabar en algún quebradero de cabeza.
Si bien estos datos se centran en el público norteamericano, no resulta difícil extrapolarlos al territorio español. Y es que aplicaciones como WhatsApp son una de las vías preferidas por los usuarios para enviar sus selfies pornográficos o sexys a parejas y amigos. Una práctica que parece no tener límites de edad y que, a veces, por diversión o por satisfacción sexual, acaban compartiéndose casi sin control.
Eso sí, hay que ser consciente de los problemas que la práctica del sexting puede acarrear. Y es que compartir una imagen íntima a través de Internet puede suponer la pérdida del control de dicha imagen. Además, puede violar diferentes leyes y derechos si no se trata de imágenes propias o son fotografías de menores. Sin duda, una práctica cada vez más generalizada pero con elevados riesgos.