Se incorporan dos nuevos modelos el catálogo de cámaras compactas de la japonesa Sony. La Cybershot DSC-WX50 es la primera de ellas, un modelo sencillo pero elegante que esta disponible en negro y en plateado por el momento. El frontal está totalmente despejado y liso. Ni siquiera tiene un resalta que haga las funciones de empuñadura pero no hace falta porque es una cámara ligera. Tiene un sensor CMOS Exmor R de 16.2 Mpx. Va acompañado de un zoom óptico Vario-Tessar de Karl Zeiss de cinco aumentos que empieza en 25 mm y abarca hasta 125. Esto la hace recomendable para paisajes, tomas arquitectónicas, fotografías del grupo, pero también para retratos y primeros planos.
En el segundo caso se podrá aprovechar el pequeño flash de relleno que lleva incorporado en el frontal. En la trasera está la pantalla LCD de 2.7 pulgadas. También puede hacer vídeos con la resolución 1080/60i en formato AVCHD. Ofrece un modo de disparo continuo capaz de hacer hasta 10 fotografías por segundo. Incorpora memoria interna aunque no es para echar cohetes. Son sólo 19 megas. Por suerte se pueden complementar con memorias SD. Todavía no hay precio para esta cámara en el mercado europeo, pero se rumorea que podría salir incluso por debajo de los 250 euros.
La segunda cámara es la Cybershot DSC-W630. Es también ligera y fácil de usar. Igual que la DSC-WX50, tiene un objetivo con zoom óptico Vario-Tessar de Karl Zeiss de cinco aumentos que abarca desde 25 hasta 125 milímetros. Quizá sea más interesante la posibilidad de tomar imágenes extrapanorámicas, cada vez que el usuario hace un barrido de 360°. El sensor es un Super HAD CCD de 16, 1 Mpx con procesador Bionz. Incorpora diversas ayudas para que el fotógrafo no tenga que preocuparse por la calidad de las imágenes como es el detector de caras o el de sonrisas, y un modo especial que suaviza las tonalidades de la piel, como si fuera un ligero maquillaje.
Es capaz de grabar videos con calidad 720p, y tiene un buen estabilizador de imagen que permite mantener el vídeo enfocado incluso cuando el fotógrafo está caminando. Tiene diversos modos automáticos inteligentes que eligen las escenas más adecuadas a cada situación. También lleva cuatro modos artísticos de efectos como cámara de juguete, color parcial, clave alta y suave, y colores de tipo pop. Las imágenes las almacenan tarjetas compatibles SD. Y a quien le guste salir en las fotos, le alegrará saber que dispone de temporizador de autorretrato. Detecta el encuadre de correcto cuando se sujeta la cámara con el brazo extendido. Por fin, tiene instrucciones en pantalla que ayuden a manejar todas las funciones sin complicarse. Es probable que su precio esté en torno a los 170 euros.
