Con la popularización de las imágenes estereoscópicas tridimensionales, aumenta la preocupación por los posibles efectos adversos de un visionado prolongado. La tecnología tridimensional está presente en salas de cine 3D, televisores 3D, monitores 3D y dispositivos con pantallas 3D como los smartphones y las consolas de videojuegos. Existen varios factores que causan molestias durante el visionado de pantallas estereoscópicas, como las propias gafas 3D.
Otras causas son el alineamiento incorrecto de las imágenes, la orientación inadecuada de la cabeza del espectador, los defectos de disfonía o imágenes fantasmas, los artefactos de parpadeo o movimiento, y los conflictos de acomodación y convergencia. Precisamente en este último factor se centra el trabajo de un grupo de investigadores de la Universidad de California, que tratan de buscar una zona de confort para el visionado de imágenes 3D.
Estos investigadores intentan establecer situaciones donde los conflictos de acomodación y convergencia no se producen, o al menos se mantienen bajo mínimos. En la zona de confort, los ojos no tienen que realizar esfuerzos para poder converger en el mismo punto del espacio y para trasladar la imagen a un punto donde puedan verla bien enfocada. Esos esfuerzos al final se traducen en fatiga visual, visión borrosa y dolores de cabeza, frecuentes en los espectadores de imágenes 3D.
El grupo de investigadores ha realizado tres experimentos, y ha descubierto, por ejemplo, que las molestias visuales se reducen ligeramente cuando el espectador está alejado de la pantalla 3D, en lugar de cerca. Además, estos científicos recomiendan a los productores de contenidos 3D y a los fabricantes de pantallas 3D que hagan lo posible para aumentar el confort del visionado, evitando los conflictos de acomodación y convergencia.
El estudio se titula “The zone of comfort: Predicting visual discomfort from stereo displays” (La zona de confort: cómo predecir las molestias visuales que producen las pantallas estereoscópicas) y está realizado por Takashi Shibata, Joohwan Kim, David M. Hoffman y Martin S. Banks, todos ellos de la Universidad de California. El artículo acaba de publicarse este mes de julio en la revista científica Journal of Vision.