Firefox tiene una auténtica legión de seguidores. Usuarios que prefieren prescindir de los servicios del navegador de Microsoft. Y eso que desde sus inicios, Firefox ha levantado críticas por su limitada capacidad de gestión de la memoria. Realmente su talón de Aquiles. Los de Mozilla se han cansado de tanta queja, y están trabajando duro para solucionar el problema.
Cuando abres una tabla, esperas que el consumo de memoria del ordenador aumente, pero que vuelva disminuir cuando la cierras. Por desgracia, eso es mucho suponer. El gran fallo de Firefox es que una vez cerradas las páginas, no siempre libera de nuevo el espacio.
Casi el 30% del espacio en memoria que debería ser liberado, queda sin liberar debido a la peculiar manera en la que el programa almacena los datos, en pequeños compartimentos estancos. Estos compartimentos en ocasiones no se liberan porque dentro de ellos hay un diminuto archivo que todavía sigue en uso. De esta manera, el compartimiento completo figura como utilizado.
La solución a la que han llegado los ingenieros de la casa es colocar en compartimentos separados los archivos del sistema y los de usuario de manera que sea mucho más sencillo liberar espacio. Ciertamente, el rendimiento del navegador mejora en un 30%, pero no va a estar disponible para los usuarios hasta que salga a la calle la próxima versión del navegador.