Menuda semana de culebrones resueltos. No sólo Google abre su red social Google+ (aunque con algunos problemas por la altisima demanda de usuarios que desean entrar) o Facebook lanza el servicio de videochat (buscando competir precisamente con la alternativa de Google+). Además, ayer se confirmó de forma oficial uno de los más largo seriales del mundo dospuntocero: el aterrizaje de Spotify en Estados Unidos.
Por el momento, al igual que otros servicios que se están estrenando con características más o menos similares en Estados Unidos, como Google Music, es preciso contar con una invitación para acceder a Spotify en el país norteamericano. Si eres residente estadounidense, puede solicitar la tuya desde este enlace.
Hasta ahora, Spotify se había topado con el muro de las discográficas para poder abrir la compatibilidad de su servicio de música streaming en Estados Unidos. Y de hecho, el haber sorteado ese obstáculo (con la ayuda de alianzas con las principales compañías del sector, según podríamos deducir) puede ser uno de los datos más interesantes de esta noticia para los usuarios europeos. Y es que, como bien saben los asiduos a Spotify, aún hay una parte de la demanda de bandas que no ha sido satisfecha (The Beatles, Led Zeppelin, Pink Floyd o Metallica, aunque estos últimos empiezan a dejarse ver en las listas de reproducción).
Por otro lado, la estrategia de la compañía sueca que gestiona Spotify pasa por penetrar en el mercado norteamericano para sacarle un verdadero rendimiento económico al servicio. De hecho, en vistas del retraso que podrían haber acarreado con el tardío estreno en Estados Unidos, la empresa tuvo que cambiar su política de uso, de modo que se limitó el acceso gratuito a al servicio a diez horas mensuales, condicionadas por cinco reproducciones como máximo de cada entrada.