Durante mucho tiempo MySpace ha sido un lugar de encuentro imprescindible para los internautas aficionados a la música. Todo grupo que se preciase tenía que estar allí, pero también era un lugar perfecto para conocer debutantes y músicos desconocidos. Muchos han hecho carrera gracias a esta página que ahora, por desgracia está en franca decadencia.
En tan sólo un año ha perdido 30 millones de visitantes únicos, desde los 75 a los 45 de primeros de este año. Su declive es tan pronunciado que ni siquiera los fundadores confían ya en el producto. ¿Cómo lo sabemos? Porque no se molestan en actualizar su perfil en la página. Uno de los primeros en abandonar el barco fue Evan Williams, que de forma inteligente puede disminuyendo su implicación en la página hasta hacer mutis por el foro.
Otro de los fundadores, Tom Anderson abandonó su perfil antes de la primavera del año pasado. Hasta sus datos biográficos son incorrectos. Figura como un pimpollo treintañero cuando ya tiene al menos los 40. Algo similar ocurre con Chris DeWolfe, en su día al cargo de la jefatura de la empresa, que no deja siquiera acceder a su perfil, y reconoce que apenas entra la página.
La agonía de MySpace se está convirtiendo en una ópera trágica alargada hasta el agotamiento. Ya no produce beneficios, y está sufriendo despidos masivos. Murdoch, su último dueño, está deshojando la margarita. No sabe si convertir la página en un servicio de música de la nube al estilo de los que que están de moda ahora, con lo que salvaría alguno de los muebles, o si vender la página. Claro que pagó casi 600 millones por algo que ahora no podrá vender ni por 100.
Vía: Alt1040
¿no la había comprado Justin Timberlake?