A pesar de sus ventajas, el estándar USB 3.0 y su llegada real a los dispositivos se retrasaba. Y eso que es una tecnología que multiplica por diez la velocidad que se consigue con el sempiterno USB 2.0. Un retraso que se torna algo incomprensible cuando los dispositivos como ordenadores y portátiles se desarrollan y evolucionan a una velocidad de vértigo. El USB 3.0 salió el año pasado y hasta ahora han sido prácticamente los equipos de gama alta y algunos dispositivos como discos duros los únicos que se han atrevido a incorporarle.
Una tendencia que comienza a cambiar, ya que este año se espera que salgan al mercado una gran cantidad de equipos con este estándar. Y quizás ya empiece a ser algo tarde, sobre todo si Intel decide empujar y popularizar su nueva tecnología Thunderbolt que permite doblar la velocidad del USB 3.0 y que ya hemos visto en los nuevos portátiles de Apple.
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